Un análisis de los datos económicos, industriales y demográficos de los cuatro grandes ayuntamientos de A Coruña y sus concellos limítrofes evidencia una brecha abismal, donde el gigante indutrial de Arteixo redefine el poderío de la provincia y marca el futuro de sus habitantes
Entre A Coruña, Arteixo, Oleiros y Culleredo se concentran más de 350.000 almas, el corazón demográfico de la provincia. Sin embargo, bajo esta aparente unidad metropolitana late una realidad profundamente desigual. Mientras A Coruña se erige como la capital administrativa y el mayor núcleo poblacional, con 249.255 habitantes, es el vecino municipio de Arteixo (34.008 hab.) quien ostenta de forma incontestable el título de capital económica e industrial, una supremacía que se traduce directamente en la calidad de vida de sus vecinos y en un futuro muy distinto para cada concello.
El Dominio Industrial Absoluto: La Facturación que Inclina la Balanza
La fotografía del poderío económico es meridiana. Según los rankings nacionales de facturación por empresas, el peso de Arteixo es tan colosal que distorsiona la escala de toda la región. Mientras A Coruña tiene que esperar hasta el puesto 153 nacional para encontrar a su primera empresa, Vego Supermercados SA, Arteixo acapara los primeros puestos de Galicia y del país con titanes globales:
- Industria De Diseño Textil Sa (Inditex)
- Zara España SA
- Tempe SA
Este dominio es tal que, en la lista de los 20 ayuntamientos de España cuyas empresas más facturan, Arteixo ocupa la quinta posición, solo por detrás de Madrid, Barcelona, Alcobendas y Bilbao, y por delante de ciudades como Vigo (puesto 13), las dos únicas ciudades gallegas en este rankig de los 20. Muy lejos quedan Oleiros, cuya primera empresa, Automóviles Louzao SL, aparece en el puesto 1.944, o Culleredo, que debe conformarse con el puesto 3.252 para Breogán Transporte SAU. En el medio se mete la capital provincial, A Coruña, con su primera empresa en el puesto 153, Vego Supermercados, que en último balance ascendió 29 puestos.
La Repercusión Directa: Inversión por Vecino y Calidad de Vida
Lejos de ser una mera estadística, esta desproporción industrial tiene una traducción directa y tangible: los presupuestos municipales. Aunque A Coruña maneja la cifra global más alta debido a su tamaño, la riqueza se mide mejor en términos per cápita.
Arteixo dobla con creces la inversión por habitante de A Coruña, gracias fundamentalmente a la recaudación de impuestos de las megacorporaciones radicadas en su término municipal. Esto significa que, con una gestión eficaz, cada vecino de Arteixo disfruta y disfrutará de mejores infraestructuras, servicios públicos, equipamientos y mantenimiento en su entorno más próximo que un residente de la capital. Tras ellos, Oleiros se sitúa en una posición intermedia, mientras que Culleredo cierra la lista, muy distanciado, con una capacidad de inversión municipal notablemente inferior.
Más Allá de Sabón: La Expansión del Tejido Productivo
Arteixo no se duerme en los laureles de Sabón. La puesta en marcha y desarrollo del nuevo polígono de Morás está atrayendo a una nueva hornada de empresas líderes que amplían y diversifican su base económica. Gigantes como Estrella Galicia, Nueva Pescanova, Aluman, Acciona, Grupo Carteson o Amper están eligiendo Arteixo para crecer, asegurando un futuro de prosperidad y empleo.
A esto se le suma un activo estratégico de primer orden: el Puerto Exterior de A Coruña, que, aunque lleva el nombre de la capital, desarrolla su mayor actividad económica y logística en aguas y terrenos de Arteixo. Esta infraestructura, que verá multiplicado su potencial con la futura puesta en servicio del túnel ferroviario, consolida al municipio como la principal plataforma logística del noroeste peninsular.
El Reflejo en la Sociedad: Riqueza, Juventud y Crecimiento
La pujanza económica de Arteixo actúa como un potente imán demográfico. Según los datos del INE, Arteixo y Oleiros son los concellos que lideran el crecimiento poblacional del área. Oleiros lo hace por su consolidada vocación como ciudad dormitorio de alta calidad residencial, mientras que Arteixo atrae a nuevos residentes por sus oportunidades laborales y de proyección económica.
Este dinamismo se refleja en un indicador crucial: el índice de envejecimiento. A Coruña presenta el peor dato (208,86), un espejo de una población que envejece sin un suficiente relevo generacional. Por el contrario, Arteixo, con un índice de 121,79, es el municipio más joven de los cuatro, gracias a la llegada de población activa en edad de trabajar y formar familias. Oleiros y Culleredo se sitúan en posiciones intermedias, pero no logran la vitalidad demográfica de Arteixo.
En cuanto a la renta per cápita de los habitantes, Oleiros se alza como el municipio con mayor poder adquisitivo, un dato explicado por su perfil residencial de clase media-alta. No obstante, la robustez del mercado laboral de Arteixo asegura una distribución de la riqueza sólida y estable.
La Desventaja de Partida: La Escasez de Suelo Industrial
La raíz de esta divergencia económica también es territorial. La apuesta por el suelo industrial en Arteixo no tiene parangón. Solo el polígono de Sabón duplica la totalidad del suelo industrial disponible en el término municipal de A Coruña.
Culleredo, con sus polígonos de Alvedro y el Centro Logístico de Ledoño, no consigue acercarse siquiera a la superficie del más pequeño de los polígonos de Arteixo. Oleiros, por su parte, cuenta con el polígono de Iñas, de tamaño considerable pero que no logra generar el mismo ecosistema de grandes corporaciones.
Conclusión: Un Área Metropolitana a Dos Velocidades
Los datos pintan un panorama claro: el área de A Coruña avanza a dos velocidades muy distintas. Por un lado, Arteixo se consolida como el motor imparable, el polo de atracción de inversión y talento que, con una gestión visionaria, redistribuye su éxito en forma de bienestar para sus vecinos. Oleiros navega con soltura como un espacio residencial privilegiado y con alta renta.
Por otro, A Coruña, la capital, lucha contra el estancamiento demográfico y el envejecimiento, con una base económica menos pujante que la de su vecino y dependiente en mayor medida de las aportaciones de sus ciudadanos. Culleredo, finalmente, parece quedar descolgado de la locomotora económica, lastrado por una menor capacidad fiscal y de atracción empresarial.
La pregunta que se abre ahora es si los planes de cooperación metropolitanos podrán equilibrar esta balanza o si, por el contrario, la hegemonía industrial de Arteixo acabará redefiniendo para siempre el centro de gravedad de la provincia coruñesa.

