El Centro Cívico de Labañou se ha convertido en el último ejemplo del abandono que sufren los edificios públicos en A Coruña. Tras años de advertencias y parches temporales, las instalaciones han alcanzado un estado de deterioro tal que los trabajadores han tenido que ser reubicados en el Centro Cívico de Los Rosales. La situación llegó a un punto crítico cuando las fuertes lluvias provocaron inundaciones en el interior del edificio, haciendo imposible continuar con las actividades habituales y poniendo en riesgo la seguridad de empleados y usuarios.
Un problema recurrente en los centros cívicos
Este no es un caso aislado. En los últimos años, se ha vuelto una imagen habitual encontrar cubos y recipientes dispersos por los pasillos y salas de los diferentes centros cívicos de la ciudad, intentando contener las goteras que se multiplican con cada lluvia. El mantenimiento de estos espacios, claves para la vida comunitaria y el desarrollo de actividades culturales, educativas y sociales, parece haber sido relegado a un segundo plano por parte del Ayuntamiento de A Coruña.
Vecinos y trabajadores han expresado su malestar ante lo que consideran un abandono sistemático de las infraestructuras públicas. «Es una pena ver cómo se deteriora un espacio que debería ser un referente para el barrio», comenta una usuaria habitual del centro. «Esto no es solo un problema de comodidad, sino de dignidad. No podemos permitir que los espacios públicos lleguen a este estado».
Saturación en el Centro Cívico de Los Rosales
El traslado de los trabajadores al Centro Cívico de Los Rosales ha generado, además, un problema de saturación en este último. Con la llegada de nuevos usuarios y actividades, las instalaciones se han visto desbordadas, lo que ha afectado la calidad de los servicios ofrecidos. «Estamos haciendo lo posible por atender a todo el mundo, pero la situación no es ideal», reconoce un empleado del centro.
Un debate necesario sobre la gestión municipal
Este episodio ha reavivado el debate sobre la gestión de los edificios municipales y la necesidad de invertir en su mantenimiento. Los centros cívicos son espacios esenciales para la cohesión social y el bienestar de los vecinos, y su deterioro no solo afecta a la imagen de la ciudad, sino también a la calidad de vida de sus habitantes.
Ante esta situación, colectivos vecinales y representantes de la oposición han exigido al Ayuntamiento que tome medidas urgentes para revertir el deterioro de los edificios públicos. «No podemos seguir parcheando problemas que requieren soluciones estructurales», señala un portavoz vecinal. «Es necesario un plan de mantenimiento serio y continuo que garantice la conservación de estos espacios».
El futuro incierto del Centro Cívico de Labañou
Mientras tanto, el Centro Cívico de Labañou permanece cerrado, a la espera de que se realicen las reparaciones necesarias para su reapertura. Sin embargo, la pregunta que muchos se hacen es cuánto tiempo pasará antes de que otro edificio público sucumba al mismo destino. La falta de mantenimiento no solo está dañando infraestructuras, sino también la confianza de los ciudadanos en la capacidad de sus instituciones para cuidar de lo que es de todos.