A Coruña subsidia tratamiento de basura deficiente
La planta de tratamiento de residuos de Nostián, propiedad del Ayuntamiento de A Coruña, se encuentra en el centro de una nueva controversia que podría tener un coste significativo para los contribuyentes coruñeses. Un acuerdo entre la alcaldesa Inés Rey y el Consorcio das Mariñas, que agrupa a los ayuntamientos de Abegondo, Bergondo, Betanzos, Cambre, Carral, Culleredo, Oleiros y Sada, ha establecido que estos municipios serán considerados «clientes preferentes» de la planta. Este trato especial implica que pagarán un precio por tonelada de residuos inferior al coste real del tratamiento, lo que generará un déficit que deberá ser cubierto por las arcas municipales de A Coruña.
Según el acuerdo, el Consorcio das Mariñas pagará un euro menos por tonelada que el precio fijado por Sogama, la planta de tratamiento de residuos más económica de Galicia, que actualmente cobra 108 € por tonelada. Sin embargo, el coste real de tratar una tonelada de residuos en Nostián asciende a 119 €, lo que significa que la planta operará con pérdidas. Esta diferencia será asumida por el Ayuntamiento de A Coruña, lo que se traduce en que los contribuyentes coruñeses terminarán subsidiando el tratamiento de basura de otros municipios.
Un acuerdo que genera descontento
Este trato preferente ha sido criticado por varios sectores, que lo consideran injusto para los ciudadanos de A Coruña. Además, pone en evidencia la difícil situación financiera y operativa de la planta de Nostián, que lleva más de cinco años en un estado de abandono y sin avances significativos en su gestión. A pesar de las reiteradas promesas del gobierno municipal de resolver la situación, los pliegos para la gestión de la planta siguen sin presentarse, lo que ha generado frustración y desconfianza entre los ciudadanos y trabajadores.
La planta de Nostián no solo enfrenta problemas económicos, sino también operativos. Su coste de tratamiento es significativamente más alto que el de Sogama y solo superada por la planta de Lousame, donde el precio por tonelada se dispara hasta los 150 €. Sin embargo, al fijar el precio de referencia en el de Sogama, la planta de Nostián se ve obligada a operar con pérdidas, lo que agrava su ya precaria situación.
El futuro incierto de Nostián
La acumulación de problemas en torno a la planta de Nostián ha creado un clima de incertidumbre y descontento. Los ciudadanos de A Coruña temen que esta situación derive en una crisis mayor, con consecuencias económicas y ambientales. La falta de transparencia y los retrasos en la toma de decisiones han alimentado la percepción de que los intereses de los coruñeses no están siendo prioritarios.
Mientras tanto, los «nubarrones» sobre Nostián siguen acumulándose, y todo apunta a que la tormenta es inevitable si no se toman medidas urgentes y efectivas. La pregunta que muchos se hacen es cuánto más tendrán que esperar los ciudadanos de A Coruña para ver una solución definitiva a un problema que lleva años afectando a su bolsillo y a la gestión de sus residuos.
En un contexto de creciente malestar social, el gobierno municipal tiene el desafío de demostrar que puede gestionar esta crisis de manera transparente y eficiente, priorizando los intereses de los coruñeses sobre cualquier otro. De lo contrario, la tormenta que se avecina podría tener consecuencias políticas y sociales de gran alcance.

