Ventajas, costes y desafíos de ampliar la titulación médica en Galicia
La Universidad de A Coruña (UDC) ha iniciado los trámites para ofrecer el grado en Medicina a partir del curso 2027-2028, argumentando que cuenta con los recursos necesarios, como el CHUAC y el INIBIC, para diseñar un programa moderno y de calidad que responda a la alta demanda estudiantil y social.
Sin embargo, esta decisión ha causado sorpresa y malestar en la Xunta de Galicia y en otras instituciones académicas gallegas, ya que consideran que rompe con un acuerdo alcanzado en 2015 entre la Xunta y las universidades públicas gallegas para impartir Medicina exclusivamente en Santiago, a través de una facultad única, con descentralización parcial de la docencia clínica.
A Coruña cuenta con uno de los entornos sanitarios más potentes de Galicia. El Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC) es referencia nacional en varias especialidades médicas, y la ciudad alberga centros de investigación de primer nivel como el Instituto de Investigación Biomédica de A Coruña (INIBIC). En este contexto, no sorprende que se haya reavivado el debate sobre la conveniencia de que la UDC ofrezca el grado en Medicina.
El argumento más esgrimido es claro: A Coruña tiene capacidad clínica, demanda social y una creciente red de investigación biomédica. Pero ¿basta con esto para justificar una nueva facultad?
La Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago de Compostela tiene una larga tradición. La enseñanza de Medicina en Santiago comenzó en 1648, y el edificio actual de la facultad se construyó entre 1910 y 1928
El Hospital Real de Santiago, fundado en 1499 por los Reyes Católicos, fue durante siglos el principal centro asistencial y formativo, y su alianza con la universidad fue clave en el desarrollo de la medicina en Galicia.
En 2015, la Xunta de Galicia y las universidades públicas gallegas acordaron impartir Medicina exclusivamente en Santiago, a través de una facultad única, con descentralización parcial de la docencia clínica. A partir del curso 2026/2027, se prevé que los estudiantes de 5º año realicen prácticas clínicas en hospitales de A Coruña y Vigo, y más adelante se extenderá a los de 4º curso.
Esta medida busca optimizar los recursos del sistema sanitario gallego y aliviar la carga de la facultad de Santiago. Sin embargo, la formación teórica y la estructura académica se mantienen centralizadas en la USC.
¿Hay realmente demanda para otra Facultad?
Sí, la demanda de plazas en Medicina sigue siendo muy alta, tanto en Galicia como en el resto de España. En el curso 2023-2024, por cada plaza ofertada en Medicina en la USC, hubo más de 10 solicitudes válidas. Esta relación se mantiene estable desde hace más de una década. Además, cientos de estudiantes gallegos con nota alta se ven obligados a estudiar fuera de Galicia por falta de plazas públicas.
En A Coruña, existe una reivindicación constante desde ámbitos sociales y sanitarios para disponer de una facultad propia. El CHUAC forma ya a estudiantes, y las facultades de Ciencias de la Salud y Fisioterapia sirven de base académica. Sin embargo, el Ministerio de Universidades ha advertido que la ampliación de plazas en Medicina debe responder a criterios realistas de planificación, no solo a intereses locales.
¿Cuánto cuesta realmente abrir una nueva titulación en Medicina?
Poner en marcha Medicina supone una inversión elevada y sostenida. Se estima que puede suponer un coste inicial de implantación (laboratorios, simuladores, anatomía, profesorado) de entre 12 y 15 millones de euros, a lo que hay que añadir un coste anual por plaza de entre 25.000 y 30.000 euros, debido al alto ratio de profesorado por alumno, materiales, prácticas clínicas y tecnología. Todo ello supondría un coste total por promoción completa de 6 años (100 alumnos/año) de más de 18 millones de euros en gasto corriente.
La pregunta es si el sistema universitario gallego puede asumir ese esfuerzo sin afectar otras áreas o sin que resulte en una duplicidad ineficiente de estructuras ya existentes en Santiago.
Poner en marcha el grado en Medicina implica contar con instalaciones clínicas avanzadas, laboratorios anatómicos, simuladores, acuerdos con hospitales y, sobre todo, un cuerpo docente altamente cualificado. Se estima que la inversión inicial rondaría entre los 12 y 15 millones de euros, más un gasto anual de entre 3 y 4 millones en funcionamiento.
Todo esto en un sistema universitario que ya enfrenta restricciones presupuestarias – la UDC ha reconocido un déficit presupuestario de 13 millones de euros en 2023 – y un descenso progresivo de estudiantes por el cambio demográfico.
¿Qué decisión es la más sensata?
Desde un punto de vista técnico y económico, abrir una nueva facultad de Medicina pública en A Coruña solo sería justificable si:
- Se mantiene la alta demanda a largo plazo.
- Se garantiza financiación pública estable.
- Se establece una estrategia coordinada con la USC y la UVigo.
- Se evita duplicar profesorado, departamentos y estructuras administrativas.
Otra opción sería apostar por ampliar plazas en Santiago con más rotaciones clínicas en toda Galicia para ser más eficientes. También se podrían crear dobles titulaciones sanitarias (como Biomedicina-Medicina o Farmacia-Medicina) que optimicen recursos existentes en A Coruña.
El riesgo de una proliferación descoordinada de facultades en cada ciudad se ha visto con otras titulaciones: caída de calidad docente, déficit de profesores especializados y despilfarro de fondos públicos. La medicina gallega necesita más médicos, pero también una planificación sensata y sostenible.
El debate sobre la expansión del grado en Medicina en Galicia refleja una tensión clásica entre equidad territorial, eficiencia académica y viabilidad financiera. A Coruña dispone de un entorno clínico adecuado, pero replicar estructuras docentes y administrativas puede suponer una inversión costosa e innecesaria si no se garantiza una demanda sostenida y profesorado estable.
Algunos expertos proponen modelos mixtos como un grado de Medicina impartido en varias sedes con materias comunes y troncales en una universidad y prácticas compartidas. Este sistema evitaría duplicidades sin renunciar a una descentralización inteligente.
Titulación de Medicina con cabeza, no con localismo
A Coruña tiene argumentos legítimos para pedir el grado en Medicina. Sin embargo, cualquier decisión debe tomarse con visión de conjunto, no solo con perspectiva local. Galicia no necesita tres facultades de Medicina compitiendo entre sí, sino una formación médica coordinada, moderna y sostenible.
El reto de fondo no es abrir una nueva facultad, sino asegurar que el sistema gallego pueda formar a un mayor número de médicos que puedan suplir las jubilaciones masivas de la generación del baby-boom que se producirán en los próximos diez años, garantizar que salgan bien preparados, integrados en la red sanitaria y comprometidos con su territorio.
Implantar Medicina en A Coruña es posible, pero no es barato ni inmediato. Y, sobre todo, no debe hacerse sin una planificación compartida y seria.