La humilde sede de un gimnasio en el barrio de Os Mallos se ha convertido en la cuna de un éxito deportivo sin precedentes, de la mano de los entrenadores Alex Álvarez y David Pardavila, que lograron un doblete de oro en el Campeonato de Europa de Jiu Jitsu
No todos los caminos hacia la gloria deportiva empiezan en grandes instalaciones de alto rendimiento. Algunos, los que forjan el carácter además del músculo, nacen en el corazón de los barrios. Es el caso del gimnasio de Os Mallos, un epicentro de esfuerzo y disciplina donde dos viejos amigos, Alex Álvarez y David Pardavila, han escrito una nueva página de su extraordinaria historia deportiva: una conquista doble en el Campeonato de Europa de Jiu Jitsu.
Del 2 al 5 de octubre, la localidad belga de Beveren acogió la élite europea de esta disciplina. Allí, la pareja coruñesa compitió en las categorías de kata Duo Clásico Absoluto y, ya en la jornada de veteranos (+35 años), en Duo Clásico y Duo Show. La diferencia de edad, superando ambos los 40 años, les impidió clasificarse en la primera jornada, dominada por competidores más jóvenes. Sin embargo, en la categoría master, su experiencia, sincronización y maestría fueron imparables. Los herculinos no solo compitieron, sino que se coronaron Campeones de Europa Master en Duo Clásico y Duo Show, subiendo al podio por partida doble.
Este doble título engrosa un palmarés ya de por sí abrumador, que incluye dos campeonatos mundiales conseguidos el año pasado en Grecia y un sinfín de medallas nacionales. Pero para Álvarez y Pardavila, las medallas son solo una parte de la historia.
La filosofía: primero personas, después deportistas
Desde hace dos años, este tándem de campeones imparte su conocimiento en el colegio Karbo, en el barrio de Os Mallos, bajo la dirección del judoka y árbitro internacional Jaime Roque. Cuentan con la ayuda del olímpico Pucho Boedo y el maestro de Defensa Personal Marcos Bermúdez. Su misión va más allá de la docencia de artes marciales.
«Lo que más nos motiva para competir a nivel internacional con nuestra edad es el ejemplo que le podemos dar a nuestros alumnos», confiesa Alex Álvarez. «Intentamos crear un ambiente de compañerismo y fomentar el trabajo duro y la disciplina. Valores que luego son muy importantes para afrontar la vida».
Esta filosofía impregna cada uno de sus entrenamientos y clases. «Intentamos primero formar buenas personas y después buenos deportistas. Es nuestra filosofía», añade David Pardavila. Para ellos, el éxito no se mide solo en metales, sino en la huella que dejan en sus alumnos. «Las medallas y los reconocimientos a nuestro trabajo están muy bien, aunque nuestro verdadero objetivo siempre ha sido disfrutar y dar a conocer a la gente nuestra disciplina: el jiu jitsu».
El Jiu Jitsu: un arte para todos
Y es esa disciplina, el Jiu Jitsu, la verdadera protagonista de esta historia. Considerada la madre de todas las artes marciales japonesas, de ella nacieron el Judo, el Aikido o el Karate. Se trata de un arte marcial completo que integra técnicas de golpeo, derribos, controles y trabajo en suelo, adaptable a cualquier persona independientemente de su edad o condición física.
Gracias al trabajo de embajadores como Álvarez y Pardavila, este arte milenario va ganando adeptos en A Coruña, demostrando que la grandeza deportiva puede florecer en cualquier rincón, con esfuerzo, humildad y la firme creencia de que, antes de conquistar Europa, hay que forjar el carácter en el propio barrio. De Os Mallos al podio de Europa: un viaje que no ha hecho más que empezar.
