La reelección de Inés Rey como secretaria general del PSOE en A Coruña deja al descubierto una crisis sin precedentes en el socialismo coruñés, con una militancia en caída libre, divisiones internas y una ejecutiva fracturada
Una victoria amarga
Ayer, Inés Rey fue reelegida secretaria general del PSOE en A Coruña, pero los números no dejan lugar a dudas: el partido está en franca decadencia. Mientras que en el proceso de 2022 participaron 417 militantes, en esta ocasión apenas 60 acudieron a votar. Es decir, solo el 14,39% de los que lo hicieron hace tres años. Una desmovilización que refleja el descontento generalizado hacia su liderazgo y la dirección del partido.
La ejecutiva: un equipo reducido y cuestionable
Otro síntoma de la debacle es la composición de la nueva ejecutiva, notablemente más pequeña que la anterior. Varios militantes rechazaron sumarse al proyecto de Rey, evidenciando las fracturas internas que atraviesan el partido. La lista, lejos de ser «renovadora» como se anunció, se compone en gran parte de empleados del Ayuntamiento vinculados a Lage Tuñas, concejal de Personal, y trabajadores de empresas que prestan servicios municipales.
Entre los pocos nombres relevantes destaca Ángel Iglesias Fernández, secretario general de UGT en la comarca, quien pasó de aspirar a liderar el sindicato a nivel gallego a ser un simple miembro de la ejecutiva local del PSOE. Un movimiento que genera suspicacias, más aún cuando la mujer del concejal de Personal trabaja para UGT, lo que sugiere posibles intereses cruzados.
Ausencias reveladoras
Llama la atención que ninguno de los concejales del gobierno municipal forme parte de la ejecutiva, confirmando lo que ya se venía denunciando: el equipo de gobierno está profundamente dividido. Además, la inclusión de María Rivas, subdelegada del Gobierno y exjefa de gabinete de Javier Losada, apunta a que podría ser la futura candidata a entrar en las listas de las próximas municipales. Sin embargo, su gestión al frente de la Subdelegación ha sido opaca, con A Coruña y Santiago liderando los índices de delincuencia en Galicia.
Las contradicciones de Inés Rey
Uno de los aspectos más polémicos es que la lista no cumple con la paridad de género, algo que el PSOE exige a los demás. De los 23 miembros de la ejecutiva, solo 9 son mujeres, una incoherencia flagrante para quien acusó a la oposición de machismo cuando Isabel Pardo de Vera renunció al Plan Estratégico 2030-2050.
El PSOE coruñés, en estado de languidecimiento
La foto de la asamblea y de la nueva ejecutiva es desoladora: ausencia de las históricas «familias» del partido, falta de movilización y un claro control férreo por parte de Rey y Lage Tuñas. Incluso figuras como Javier Losada y Carmen Marón, que respaldaron a la subdelegada, no lograron reunir más apoyos.
Un partido anestesiado para intereses particulares
Inés Rey nunca quiso ser secretaria general, según sus propias palabras. Su objetivo era ser candidata a la alcaldía, pero asumió el cargo por miedo a que otro sector tomara el control y arrebatara su poder para diseñar las listas electorales. Su estrategia ha sido debilitar al partido para manejarlo a su antojo, algo que recuerda al juego de Pedro Sánchez: usar Ferraz como escudo en los malos momentos (como el caso Santos Cerdán) mientras él intenta salvar su imagen.
¿Hacia el colapso definitivo?
El PSOE de A Coruña atraviesa su peor crisis en décadas. Con una militancia evaporada, divisiones internas y una dirección que prioriza el control sobre la revitalización, el partido parece condenado a seguir perdiendo peso político. Si Inés Rey no rectifica, las próximas municipales podrían ser la puntilla para un proyecto que, hoy por hoy, no representa ni a sus propios militantes.