La Asociación de Directoras y Directores de Arte Contemporáneo de España tacha el concurso público de «opaco» y advierte de que la inestabilidad crónica de la institución coruñesa daña su credibilidad y proyectos
La Asociación de Directoras y Directores de Arte Contemporáneo de España (ADACE) ha alzado la voz para expresar su «rechazo» frontal a las circunstancias que rodean el reciente proceso para elegir a la máxima dirección de la Fundación Luis Seoane de A Coruña. En un contundente comunicado, la asociación profesional no solo cuestiona la transparencia del concurso público, convocado el pasado julio, sino que señala la «falta de estabilidad institucional» como un mal endémico que lastra el futuro de la fundación.
El concurso, que en teoría debía ser un ejercicio de renovada transparencia, ha evidenciado, a juicio de ADACE, «deficiencias notables» que ponen en tela de juicio su equidad. Entre los puntos críticos señalados por la asociación se encuentran plazos de presentación excesivamente breves, una escasa difusión que habría limitado la participación de candidatos potenciales, la ausencia de información pública sobre las puntuaciones finales de los aspirantes y un marco de valoración «insuficientemente garantista».
«Estos elementos ponen en cuestión la equidad del procedimiento y la confianza en la gobernanza de la institución», afirma ADACE en su nota, sugiriendo que el proceso, bajo una apariencia de formalidad, careció de las garantías necesarias para ser considerado justo y competitivo.
Una trayectoria de inestabilidad
La crítica al proceso de selección no se entiende, según la asociación, sin observar el contexto más amplio de la fundación. ADACE recuerda que la Fundación Luis Seoane arrastra una «trayectoria marcada por decisiones directivas controvertidas y cambios reiterados en la dirección». Esta inestabilidad crónica ha tenido un impacto directo y negativo en «la continuidad de los proyectos y la imagen pública» de la institución, dedicada a honrar la figura del artista multidisciplinar Luis Seoane y a promover la cultura contemporánea.
Este historial de vaivenes refuerza, para los directores de arte asociados, la «necesidad inaplazable de avanzar hacia un modelo de gestión cultural estable, profesional y transparente». Subrayan que la salud de las instituciones culturales públicas depende de su capacidad para blindar su gestión de los ciclos políticos y las injerencias.
Un llamamiento a la profesionalización
Ante esta situación, ADACE va más allá de la crítica e insta a las administraciones públicas a establecer «un marco normativo claro» que regule de forma homogénea la designación de los equipos directivos en las instituciones culturales. Dicho marco debería basarse, exigen, en los «principios de mérito, capacidad y rendición de cuentas», y debe estar «alejado de cualquier injerencia o discrecionalidad política».
La asociación defiende que solo a través de la profesionalización, la independencia y la transparencia se podrá «recuperar la confianza de los profesionales y de la ciudadanía» en la Fundación Luis Seoane. El objetivo final es consolidarla como un «espacio de excelencia, compromiso y servicio público» a la altura del legado de su namesake y de las demandas de la sociedad.
La bola está ahora, según se desprende del comunicado, en el tejado de los responsables políticos y de la propia fundación para demostrar si están dispuestos a rectificar y encauzar una institución que, en opinión del sector, no puede permitirse otro capítulo de opacidad e inestabilidad.