El RC Deportivo de La Coruña vuelve a estar en el ojo del huracán. Esta vez, no por resultados deportivos, sino por dos polémicas que han encendido las redes sociales y han llevado a la afición a alzar la voz contra la dirección del club y la prensa local. El malestar entre los deportivistas, acumulado desde hace tiempo, ha estallado en una serie de críticas que ponen en evidencia la fractura entre el club y su base social.
La polémica sexista de Manu Sainz
El detonante inicial fue un comentario realizado por Manu Sainz, director de comunicación del Deportivo, en sus redes sociales personales. El mensaje, que los aficionados han tachado de sexista, ha generado una ola de indignación entre la masa social blanquiazul. Aunque el comentario no fue publicado en las redes oficiales del club, los seguidores consideran que, como representante del Deportivo, Sainz debe mantener un comportamiento ejemplar en todo momento.
Lo que más ha indignado a la afición no es solo el comentario en sí, sino la falta de reacción por parte del club. Ni Manu Sainz ni ningún otro representante del Deportivo han hecho declaraciones al respecto ni han tomado medidas para aclarar o rectificar la situación. Este silencio ha sido interpretado como una falta de respeto hacia los aficionados, especialmente hacia las mujeres que forman parte de la masa social deportivista.
No es la primera vez que la figura de Manu Sainz es cuestionada. Desde su llegada al cargo, el director de comunicación ha sido criticado por su gestión en varias ocasiones, acusado de falta de transparencia y de no conectar con las demandas de la afición. Esta nueva polémica ha reavivado las críticas hacia su labor, con muchos aficionados pidiendo su dimisión.
La desinformación sobre Riazor: ¿prensa poco deportivista?
Pero la cosa no queda ahí. A esta polémica se suma la publicación en varios medios de comunicación locales de una información que el club ha desmentido de forma categórica: supuestos acercamientos con un inversor que desbloquearía la reforma del estadio ABANCA-Riazor. Según el Deportivo, estas informaciones son falsas y carecen de fundamento, lo que ha llevado a los aficionados a clamar una vez más contra la prensa deportiva de la ciudad.
Los deportivistas han acusado a estos medios de ser «poco deportivistas» y de priorizar el sensacionalismo sobre el rigor informativo. No es la primera vez que la prensa local es criticada por la afición del Deportivo. De hecho, en Riazor ya se han vivido campañas contra determinados medios, acusados de no defender los intereses del club y de generar desinformación.
Esta nueva oleada de críticas refleja el profundo descontento de una afición que siente que ni el club ni los medios están a la altura de lo que el Deportivo representa. Para muchos, la falta de transparencia y la desinformación son síntomas de un problema mayor: la desconexión entre las instituciones y la base social que sostiene al equipo.
Un clima de tensión que no cesa
El malestar entre los aficionados del Deportivo no es nuevo, pero estos últimos episodios han llevado la tensión a un punto crítico. Las redes sociales están inundadas de mensajes de indignación, con hashtags como #ManuSainzDimisión y #PrensaDeportivista trending topic en Twitter.
Mientras tanto, el club sigue sin pronunciarse sobre la polémica del comentario sexista, lo que ha aumentado la sensación de abandono entre los aficionados. Por otro lado, la desinformación sobre la reforma de Riazor ha reavivado las dudas sobre el futuro del estadio, un tema que lleva años generando frustración en la masa social.
¿Hasta cuándo aguantará el deportivismo?
El RC Deportivo atraviesa uno de sus momentos más delicados fuera del terreno de juego. Las críticas a la dirección del club y a la prensa local reflejan un clima de tensión que parece no tener fin. Los aficionados, cansados de la falta de transparencia y de los continuos errores en la comunicación, exigen cambios inmediatos.
El deportivismo ha estallado, y esta vez no parece dispuesto a callar. La pregunta ahora es: ¿hasta cuándo aguantará el club sin dar respuestas claras a las demandas de su afición? Lo que está claro es que, si no se toman medidas, la fractura entre el Deportivo y su base social podría ser cada vez más profunda.

