En la última liquidación presentada por el gobierno local, correspondiente al 2022, la recaudación neta por “Multas por infracciones de la Ordenanza de Circulación” ascendió a 3.899.076,69 €. Según el presupuesto de 2024, la previsión asciende a 7.000.000,00 €
El pasado miércoles, en una rueda de prensa convocada después de la Junta de Gobierno Local, Inés Rey mandó un mensaje amenazando con poner radares sancionadores donde actualmente son radares informativos.
Sin embargo, este desafiante anuncio oculta la verdadera razón para instalar los radares sancionadores: la diferencia entre lo recaudado en 2022 y el presupuesto irrealizable para el 2024, donde la meta es ingresar siete millones en concepto de multas por infracciones de circulación. Como disculpa podemos decir que este presupuesto fue aprobado el día de los Santos Inocentes.
Centrarse únicamente en la instalación de los radares para recaudar equivale a no tener un plan de movilidad para nuestra ciudad. Actualmente, el Gobierno municipal de A Coruña aún tiene muchas tareas pendientes en cuestión de movilidad. Desde el punto de vista formal podemos hacer referencia a las ordenanzas de movilidad desactualizadas:
- Ordenanza Municipal de Transportes publicada en 1992.
- Ordenanza Municipal de Circulación publicada en 2003
- Ordenanza Municipal de VADOS de 1993
Tener la parte legislativa desactualizada, provoca que los mensajes enviados desde María Pita se conviertan en una simple declaración de intenciones.
Estas son algunas de las grandes deficiencias que sufren a diario las vecinas y vecinos de A Coruña en cuestión de movilidad:
- Problemas de aparcamiento, aunque Inés les llame “establos”. Son muchos los barrios que sufren este problema, concretamente los que tienen mayor densidad de población y edificaciones de los años 60 y 70, cuando equipar a los edificios de garaje parecía algo innecesario.
- La falta de mantenimiento de los viales y aceras es evidente visitando cualquier punto de nuestra ciudad. Baches y deficiencias en la señalización del suelo son los protagonistas del día a día. Algo sorprendente cuando existen dos contratos de mantenimiento vial que anualmente ascienden entorno a los cinco millones de euros. De las pocas actuaciones que se realizan, muchas son verdaderas chapuzas, simples parches que duran pocos días.
- Las líneas del bus urbano tienen abandonadas a barrios de la periferia como es el caso de Novo Mesoiro, al que solo llega una línea. Todo esto a pesar de que en 2019 Inés Rey llevaba en su programa electoral el compromiso de subsanar esta deficiencia.
- La doble fila forma parte del decorado de la ciudad. Son pocos los lugares donde no existe algún vehículo estacionado de esta forma irregular. Un ejemplo lo tenemos en el polígono de A Grela, donde carecen de línea de transporte público que pueda ayudar a la movilidad.
- Las plazas de aparcamiento para personas con movilidad reducida (recordamos que el concejal Lage Tuñas estacionó su vehículo sobre una de esas plazas hace poco tiempo). La información que existe en la web del Concello y la realidad no se parecen en nada; o está desactualizada o simplemente no existe una norma para la señalización de las referidas plazas.
- La ordenanza de la ORA, protagonista por su afán recaudatorio. El origen era facilitar la rotación de vehículos en determinadas zonas. Ahora, gracias al pago mediante una aplicación del teléfono móvil, se puede dejar días y días sin más requisito que pagar cada cierto tiempo.
- Los aparcamientos subterráneos se encuentran en una situación de abandono, tanto logísticamente como contractual. Los arcaicos métodos de pago y el tamaño reducido de las plazas son algunos de sus principales problemas.
Delante de todas estas deficiencias en materia de movilidad, la única ocurrencia de la alcaldesa es amenazar con multarnos, ocultando su verdadera intención recaudatoria.