El ruido de la Casa Veeduría supera los límites legales y afecta a la salud mental de los residentes, que llevan dos meses esperando una solución
Los vecinos de la Ciudad Vieja de A Coruña llevan casi dos meses soportando niveles de ruido excesivos procedentes de la maquinaria de ventilación y climatización de la Casa Veeduría, un problema que ha escalado hasta convertirse en una cuestión de salud pública. Ante la falta de respuesta del Gobierno municipal, el Grupo Popular, liderado por su portavoz Miguel Lorenzo, ha presentado una moción en el próximo Pleno municipal para exigir soluciones urgentes.
Un ruido que supera los límites legales
Desde que en enero se pusieron en marcha las nuevas máquinas de ventilación y calefacción del edificio rehabilitado, los vecinos de la zona han denunciado un ruido ensordecedor que se prolonga durante 12 horas al día e, incluso, durante la noche. Las mediciones realizadas por los propios residentes con instrumentos homologados han registrado niveles de entre 62 y 70 decibelios, muy por encima del límite de 40 decibelios permitido en zonas residenciales. Además, las emisiones de aire viciado a la calle superan entre 6 y 7 veces los valores permitidos.
Carlos San Claudio, concejal del Grupo Popular, relata cómo la noche del 22 de febrero acudió al lugar tras recibir varias llamadas de vecinos desesperados. “Grabé la situación y la subí a nuestras redes sociales para visibilizar el problema. El ruido es insoportable y afecta gravemente a la calidad de vida de quienes viven aquí”, explicó.
Obras mal planificadas y falta de insonorización
El problema se agrava por la falta de insonorización en el recinto donde se encuentra la maquinaria. Según denuncian, el proyecto de rehabilitación del edificio no incluyó medidas para mitigar el ruido, y la puerta del recinto es de rejilla, lo que facilita la propagación del sonido. “El Ayuntamiento no ha planificado bien estas obras y ahora los vecinos pagan las consecuencias”, criticó Lorenzo.
Impacto en la salud y falta de respuesta
El ruido constante no solo impide a los vecinos descansar, sino que también está afectando a su salud mental y aumentando sus niveles de estrés. “No puede ser que la alcaldesa hable de un programa de salud mental y luego permita que situaciones como esta sigan sin resolverse”, señaló Lorenzo. Los residentes han presentado quejas repetidas a través del 010, la Policía Local y contactos directos con el Ayuntamiento, pero, tras dos meses, no han recibido ninguna respuesta ni solución.
Demandas de los vecinos
Los afectados piden al Gobierno municipal que:
- Realice mediciones oficiales del ruido.
- Implemente soluciones técnicas para insonorizar la maquinaria.
- Redirija las emisiones de aire viciado al tejado en lugar de a la calle.
- Actúe de manera urgente para garantizar su derecho a un entorno tranquilo y saludable.
Llamamiento a la alcaldesa
Miguel Lorenzo hizo un llamamiento directo a la alcaldesa, Inés Rey, para que “salga de María Pita, suba las escaleras hasta la Casa Veeduría y escuche el ruido que están soportando los vecinos”. “Le pedimos que busque una solución para que los residentes de la Ciudad Vieja puedan descansar y hacer su vida normal”, añadió.
Una moción por el bienestar de los vecinos
El Grupo Popular espera que la moción presentada sea aprobada por unanimidad en el Pleno y que se identifiquen soluciones concretas para acabar con este problema. “Los vecinos tienen derecho a descansar y a vivir en un entorno saludable. No podemos permitir que el ruido siga afectando a su salud y bienestar”, concluyó Lorenzo.
Mientras tanto, los residentes de la Ciudad Vieja continúan esperando que el Ayuntamiento escuche sus quejas y actúe con la urgencia que este problema requiere. El ruido en la calle de la Amargura, como algunos ya la llaman, no es solo una molestia, sino un recordatorio de la necesidad de una gestión municipal más atenta a las necesidades de sus ciudadanos.