El PSdG frente al espejo.
Durante los últimos meses se ha ido intensificando la rumorología acerca de un tema recurrente: el liderazgo de los socialistas gallegos.
Valentín González Formoso, alcalde de As Pontes desde 2007, actual presidente de la Diputación coruñesa y Secretario General del PSdG provincial, ha ejercido de contrapeso frente al actual líder de los socialistas de Galicia, Gonzalo Caballero, después de los malos resultados de las últimas elecciones autonómicas que llevaron al PSdG a ser la tercera fuerza del parlamento gallego por detrás del PP y del BNG.
El próximo otoño se celebrará el Congreso Federal, en el que Pedro Sánchez no tendrá problemas para revalidar su condición de Secretario General. A partir de ahí, se abre el calendario para la renovación de los liderazgos autonómicos.
El actual Secretario General del PSdG, Gonzalo Caballero, continúa con su idea de presentarse a la reelección. En una lectura estatal, cabe recordar que Caballero siempre fue un gran apoyo de Pedro Sánchez frente a Susana Díaz, mientras González Formoso mantuvo una cómoda posición de equidistancia.
Las provincias con menor peso dentro del PSdeG parecen seguir apoyando la opción de Gonzalo Caballero. La apuesta aparente de los socialistas coruñeses se inclina por González Formoso si finalmente confirma su intención de presentarse.
Así pues, quedaría en manos de la provincia que vio nacer a Caballero (y especialmente de su agrupación de origen, Vigo) la decisión que podría desequilibrar la balanza. Habrá que ver también qué opción recibe el apoyo de Ferraz, que hasta ahora no se ha pronunciado.
Estas serían las piezas visibles o previsibles en el tablero, sin olvidar que este partido nos tiene acostumbrados a continuas luchas internas, desencuentros, escaramuzas y discrepancias que pueden modificar el escenario en cualquier momento.
Estas batallas enconadas entre facciones tradicionales del partido podrían empujar a la militancia a buscar una tercera vía alternativa, cuyos primeros «brotes verdes» e indicadores parecen estar asomando y tomando cuerpo en los últimos tiempos. Determinados sectores, dinámicos, activos y con una visión diferente, parecen estar madurando esta última posibilidad para construir un proyecto ilusionante que deje atrás los repetidos fracasos electorales.