A Coruña, la ciudad donde el viento sopla fuerte y las promesas electorales vuelan aún más lejos, tiene un nuevo problema: la pitonisa de la alcaldesa Inés Rey ha colapsado. Sí, la vidente oficial del ayuntamiento, esa que con su bola de cristal y sus cartas del tarot intenta desentrañar el futuro de la ciudad, está al borde de un ataque de nervios. Y no es para menos: la lista de preguntas que le llegan desde el despacho de la alcaldesa es tan larga que ni Nostradamus, con todo y sus cuartetas, se atrevería a pronosticar tanto en un solo mandato.
El Mundial 2030: ¿sueño o pesadilla?
La primera pregunta que tiene en vilo a la pitonisa es si A Coruña será sede del Mundial de 2030. La bola de cristal se empaña cada vez que la alcaldesa insiste en saber si habrá que culpar a alguien en caso de que el evento se vaya a otra ciudad. «¿A quién le echamos la culpa?», pregunta Inés Rey, mientras la pitonisa intenta adivinar si el fútbol es cosa del destino o de la falta de presupuesto.
Novo Mesoiro: el bus que nunca llega
Otra de las grandes incógnitas es cuándo tendrá Novo Mesoiro más conexiones de bus urbano. Recordemos que esta fue una de las promesas estrella de la campaña de 2019. La pitonisa, entre susurros místicos, sugiere que el bus podría llegar «cuando los cerdos vuelen», pero prefiere no decirlo en voz alta para no herir sensibilidades.
El cajón de las facturas olvidadas
¿Cuándo se resolverá el misterio de las facturas guardadas en el cajón del IMCE? La pitonisa intenta concentrarse, pero la bola de cristal solo muestra una montaña de papeles y la cara de desesperación de un funcionario. Inés Rey, por su parte, sigue firmando levantamientos de reparos de intervención con la esperanza de que, algún día, ese cajón se vnacíe por arte de magia.
Delincuencia y deuda: los récords que nadie quiere
A Coruña lidera dos tristes rankings gallegos: el de la delincuencia y el del endeudamiento municipal. La pitonisa, con un gesto de preocupación, intenta adivinar cuántos delincuentes dejarán de actuar y hasta dónde podrá llegar la deuda del ayuntamiento. Pero la bola de cristal solo muestra un signo de interrogación gigante. «Esto es peor que adivinar la lotería», suspira la vidente.
Los contratos fantasmas de deportes
En la concejalía de deportes, los contratos que nunca llegan a licitarse se han convertido en una leyenda urbana. La pitonisa intenta averiguar cuándo se materializarán, pero sus cartas del tarot solo muestran un calendario en blanco. «Parece que esto va para largo», murmura, mientras la alcaldesa insiste en que «todo está bajo control».
El Consorcio de Música: ¿quién será el próximo gerente?
La Orquesta Sinfónica de A Coruña sigue esperando a que alguien tome las riendas del Consorcio de Música. La pitonisa, que ya ha visto a Inés Rey asistir a un concierto (solo uno) antes de cada elección, intenta adivinar quién será el próximo gerente. Pero la bola de cristal solo muestra una batuta flotando en el aire.
Reciclaje y baches: los eternos problemas
Mientras Inés Rey defiende a capa y espada que el sistema de reciclaje de A Coruña es el mejor (a pesar del expediente abierto por la Xunta), la pitonisa intenta averiguar cuándo Europa se dará cuenta de esta maravilla. Y, de paso, cuándo se taparán los baches de los barrios que la alcaldesa nunca visita. «Eso ya es pedir demasiado», dice la vidente, resignada.
¿Consecuencias por insultar a los votantes?
Finalmente, la pregunta que más preocupa a Inés Rey: ¿tendrá consecuencias para su reelección el hecho de haber insultado a votantes de la ciudad? La pitonisa mira sus cartas y ve… bueno, mejor no lo dice. Al fin y al cabo, en política, como en la adivinación, hay cosas que es mejor dejar en el misterio.
Mientras tanto, la pitonisa sigue colapsada, sin horas libres para atender al resto de la población. Y es que, cuando se trata de predecir el futuro de A Coruña, ni la magia más poderosa parece suficiente. ¿Qué hará Inés Rey? ¿Buscará otra pitonisa? ¿O simplemente cruzará los dedos y esperará a que el destino le sonría? Solo el tiempo (y quizás una bola de cristal más grande) lo dirá.