El Deportivo de La Coruña cayó por 2-1 ante el Levante en el Ciudad de Valencia, en un partido donde los granotas dominaron desde el inicio. Iván Romero fue el protagonista con dos goles tempranos, uno en el minuto 7 y otro en el 28, que dejaron al Dépor contra las cuerdas.
Un inicio complicado para el Dépor
Desde el inicio, el Levante impuso su ritmo. El primer tanto llegó en el minuto 7, cuando Iván Romero aprovechó una desconcentración defensiva para batir al portero del Deportivo, Héctor Leite, quien tuvo poco que hacer ante el disparo. Pocos minutos después, el Deportivo estuvo cerca de igualar con un remate de Villares que se estrelló en el larguero en el minuto 14, siendo la ocasión más clara de los coruñeses en la primera mitad.
A pesar de este susto para el Levante, los locales siguieron dominando y volvieron a encontrar el premio en el minuto 28 con otro gol de Iván Romero, que aprovechó un centro al área y remató a placer para poner el 2-0. Con el marcador en contra, el Deportivo se mostró incapaz de generar ocasiones claras, y su juego fue lento y previsible, sin poder incomodar al portero local, Andrés Fernández.
Intentos sin éxito en la segunda parte
Tras el descanso, el Deportivo intentó reaccionar, aunque sin mucho éxito. La mejor oportunidad de los gallegos llegó en el minuto 53, cuando Lucas Pérez ejecutó una falta peligrosa que fue despejada por Andrés Fernández con una gran parada. Sin embargo, los ataques del Deportivo no lograban poner en aprietos a la defensa del Levante, que se mantuvo sólida durante la mayor parte del encuentro.
El equipo dirigido por Imanol Idiakez mostró falta de ideas y creatividad en ataque, mientras que el Levante siguió manejando los tiempos del partido, controlando la posesión y evitando que el Deportivo se sintiera cómodo. Los cambios introducidos por Idiakez no lograron el impacto esperado, y el Deportivo continuó mostrando un fútbol predecible y falto de profundidad.
Barbero acorta distancias, pero no es suficiente
Cuando todo parecía decidido, el Deportivo logró acortar distancias en el minuto 89 con un gol de Barbero, que aprovechó un despiste defensivo del Levante para colocar el 2-1 en el marcador. Este tanto dio vida al Deportivo, que en los últimos minutos del partido asedió la portería local en busca de un empate milagroso. Sin embargo, los intentos finales no fueron suficientes, y el Levante supo resistir el asedio blanquiazul.
A pesar del esfuerzo final, la derrota del Deportivo deja a Idiakez en una situación complicada. Los aficionados y la directiva empiezan a perder la paciencia, y ya suenan varios nombres como posibles sustitutos en el banquillo coruñés. La falta de resultados y la irregularidad en el juego del equipo han puesto al entrenador en la cuerda floja, y los próximos partidos serán decisivos para su futuro.
Un Deportivo en crisis
Esta derrota mantiene al Deportivo en una posición preocupante en la clasificación, alejado de los puestos de ascenso y cada vez más inmerso en una crisis deportiva. El equipo no ha encontrado regularidad en su juego, y la falta de eficacia en las áreas está siendo uno de sus principales problemas.
El próximo compromiso será vital para determinar el futuro de Idiakez al frente del equipo. La presión sobre el entrenador es máxima, y tanto los jugadores como el cuerpo técnico deberán dar un paso al frente si quieren revertir la situación. Los rumores sobre posibles cambios en el banquillo ya están circulando, y la directiva podría optar por un cambio de timón si no se consigue una reacción inmediata.
Futuro incierto para Idiakez
Con esta derrota, el Deportivo sigue estancado en la clasificación y cada vez más lejos de sus objetivos. La afición empieza a mostrar signos de impaciencia, y la figura de Idiakez se tambalea. La directiva tendrá que tomar decisiones en las próximas semanas si el equipo no muestra mejoría en su rendimiento.
El futuro de Idiakez es incierto, y todo apunta a que su continuidad dependerá de los próximos resultados. Los aficionados coruñeses, acostumbrados a ver al Deportivo como un equipo competitivo, están perdiendo la confianza en el proyecto actual, y el margen de error para el técnico vasco se ha reducido considerablemente.