A Coruña se prepara para uno de los retos más ambiciosos de su historia reciente: ser una de las sedes del Mundial 2030. La decisión de incluir el estadio de Riazor ha generado polémica. Por un lado, está la ilusión de ser parte de un evento de esta magnitud; por otro, la preocupación por la inversión millonaria que requerirá la reforma del estadio y el impacto que esto podría tener en un presupuesto municipal ya limitado y con múltiples necesidades por atender. Sin embargo, más allá del dinero, hay algo que resalta especialmente en este proceso: la ausencia total del Concejal de Deportes, Manuel Vázquez.
El peso recae en Gonzalo Castro
En todo el recorrido hacia la candidatura, desde las primeras reuniones hasta los anuncios clave, entrevistas y presentaciones mediáticas, ha sido el concejal de Cultura y Turismo, Gonzalo Castro, quien ha llevado la voz cantante. Su presencia ha sido constante, desde la defensa de la candidatura en medios nacionales hasta la representación del Ayuntamiento en reuniones decisivas. Pero, ¿no debería haber sido esta la labor del Concejal de Deportes?
Manuel Vázquez, con un salario cercano a los 65.000 euros anuales, brilla por su ausencia en cualquier asunto relacionado con el Mundial 2030. Su presencia pública parece limitarse a disparar la pistola de salida en carreras populares o posar para fotografías en actos de carácter puramente representativo.
¿Dónde está el Concejal de Deportes?
La pregunta que muchos ciudadanos se hacen es simple: ¿a qué se dedica Manuel Vázquez? ¿Cuál es su papel en el Ayuntamiento? En un momento crucial para el deporte coruñés, el silencio y la inacción de quien debería ser su máximo representante resultan incomprensibles. La reforma de Riazor, las negociaciones de financiación y los detalles logísticos del Mundial requieren un liderazgo sólido desde el área de Deportes. Sin embargo, hasta ahora, el responsable directo parece haberse quedado al margen, dejando todo el peso en otros miembros del gobierno municipal.
Un contexto de prioridades
Este vacío es aún más grave si se tiene en cuenta la situación del deporte local en A Coruña. Mientras se destinan recursos y esfuerzos al Mundial, las infraestructuras deportivas municipales enfrentan deficiencias evidentes. Desde la falta de mantenimiento en instalaciones hasta la ausencia de conserjes en varias pistas, los problemas son evidentes. Si el Concejal de Deportes no está liderando el proyecto del Mundial ni trabajando en mejorar estas carencias, ¿cuál es exactamente su labor?
Transparencia y responsabilidad
El Ayuntamiento, y en especial el Concejal de Deportes, tiene el deber de explicar su papel en este momento histórico para la ciudad. Los ciudadanos tienen derecho a saber cómo se están utilizando sus recursos y quién está al frente de decisiones tan trascendentales. La transparencia no debería ser una opción, sino una obligación.
¿Es esta la mejor representación?
El Mundial 2030 es una oportunidad única para A Coruña, pero también un desafío que requiere un compromiso real por parte de todos los responsables políticos. La ausencia de Manuel Vázquez en un momento tan crítico no solo genera preguntas, sino también dudas sobre la capacidad de este gobierno para gestionar un proyecto de esta envergadura.
Mientras tanto, la pelota sigue rodando, pero el Concejal de Deportes parece estar fuera del terreno de juego. ¿Volverá a aparecer, o seguirá siendo un espectador más en las gradas?