El Deportivo recibe al Sporting de Gijón (16:15h) con la necesidad de conectar definitivamente con su afición y demostrar que puede competir con los equipos fuertes de la categoría.
Riazor empuja. Ruge. Acompaña. Pero el Dépor todavía no ha terminado de responderle. El empate sin goles ante el Burgos dejó un sabor amargo, más aún teniendo en cuenta el marco: una grada entregada y un rival que llegaba como líder. Esta tarde, el escenario se repite. Otro líder, esta vez el Sporting de Gijón, visita A Coruña con la etiqueta de invicto. Y al Deportivo se le presenta una oportunidad perfecta para romper su techo y empezar a creer.
Un Sporting sólido y enrachado
No es casualidad el momento del equipo asturiano. Desde la llegada de Asier Garitano a su banquillo, el Sporting ha encontrado equilibrio, contundencia y resultados. Cerraron la temporada pasada ganando al Dépor en El Molinón y han arrancado esta con tres victorias en tres partidos. Apenas han recibido un gol —ante el Córdoba— y cuentan con uno de los porteros más en forma del campeonato: Rubén Yáñez. Sus números lo dicen todo: 13 intervenciones y un 90% de acierto.
Un muro que pondrá a prueba la capacidad ofensiva de un Dépor que pierde a una de sus piezas más verticales: David Mella, concentrado con la selección española sub-20 en la recta final de su preparación mundialista.
Movimientos forzados en el once de Hidalgo
Sin Mella, el relevo natural es Luismi Cruz, que ya sabe lo que es salir de inicio este curso. La otra gran ausencia es la de José Ángel Jurado, aún fuera por problemas musculares. En su lugar podría entrar Charlie Patiño, con opciones de acompañar a Diego Villares en la medular. José Gragera, tocado, sigue siendo duda hasta última hora.
La zaga, una vez más, llega condicionada por las lesiones. Arnau Comas sigue entre algodones, por lo que Ximo Navarro podría entrar de inicio por primera vez, ocupando el lateral derecho y desplazando a Miguel Loureiro al centro de la defensa. Un reajuste que ya ha probado el técnico catalán con buenos resultados.
Arriba, las cartas están sobre la mesa
Hidalgo no es amigo de las rotaciones masivas. Y salvo sorpresa, mantendrá su apuesta ofensiva con Eddahchouri como hombre más adelantado, escoltado por Mario Soriano en la media punta. Mulattieri, pese a su gol y buen rendimiento saliendo desde el banquillo, esperará su oportunidad.
Pero todas las miradas vuelven a apuntar a Yeremay. El canario, adaptado ahora a una nueva posición, ha sido el jugador más desequilibrante en este arranque liguero. Hidalgo insiste en que está encantado con su rol actual, y aunque el Sporting diga que no vigilará a nadie en particular, es probable que ‘Yere’ tenga un marcador personal pegado durante todo el partido.
La clave: entender a Riazor
Hidalgo lo dijo claro tras el empate con el Burgos: “Nosotros tenemos que entender más a Riazor”. Esta tarde, la grada volverá a estar ahí. El ambiente promete ser de los grandes, con un importante desplazamiento de aficionados sportinguistas y un estadio volcado con los suyos.
Lo que falta es que el Dépor dé ese paso adelante. Que su juego se alinee con la pasión de su gente. Que no solo se escuche a Riazor, sino que se sienta. Porque ante un rival tan serio como el Sporting, no bastará con resistir: tocará competir, proponer y, sobre todo, creer.