El movimiento critica la improvisación y el abandono del tejido vecinal, exigiendo un modelo participativo y equitativo
Las Fiestas de María Pita, uno de los eventos más emblemáticos del verano coruñés, vuelven a estar en el ojo del huracán debido a la falta de planificación y al desinterés del gobierno municipal. A menos de dos semanas del inicio de agosto, el programa oficial sigue sin publicarse en su totalidad, lo que dificulta la participación ciudadana y la coordinación de las asociaciones vecinales.
Un modelo que carga el peso sobre los barrios
Movimiento Sumar Coruña ha denunciado en repetidas ocasiones un sistema que, bajo la apariencia de descentralización, descarga sobre las entidades locales toda la responsabilidad organizativa. Las asociaciones se ven obligadas a gestionar permisos, contrataciones, logística y difusión sin el apoyo necesario del Concello, generando desigualdades entre barrios y marginando a los colectivos con menos recursos.
Trinidad Palacios, portavoz de Sumar Coruña, señala: «La gente está harta. En lugar de facilitar herramientas, el Ayuntamiento les dice que se las arreglen solos. Esto no es empoderamiento, es abandono». Esta falta de acompañamiento institucional ha derivado en fiestas fragmentadas, con menos seguridad jurídica y una notable pérdida de calidad en los últimos años.
Improvisación y falta de transparencia
Uno de los principales problemas es la opacidad en la publicación del programa. En lugar de planificarse con antelación, los detalles se anuncian a última hora, impidiendo una promoción adecuada y una participación ciudadana real. «Unas fiestas populares no pueden hacerse a espaldas del pueblo», afirma Palacios. «Si queremos que sean un reflejo de la diversidad y la vitalidad de A Coruña, necesitamos transparencia y colaboración».
Propuestas para un cambio de modelo
Ante esta situación, Sumar Coruña plantea un modelo alternativo basado en cuatro pilares:
- Programación anticipada y accesible: Publicación del programa completo al menos 30 días antes, garantizando difusión en formatos digitales y físicos para toda la ciudadanía.
- Corresponsabilidad municipal: Que el Concello asuma un papel activo, proporcionando infraestructuras, apoyo técnico y recursos, sin dejar solas a las asociaciones.
- Financiación justa y estable: Criterios equitativos que eviten la discriminación de barrios con menos capacidad económica o logística.
- Participación real: Creación de una mesa de fiestas con representantes vecinales, culturales y sociales para diseñar conjuntamente la programación futura.
Falta voluntad política, no capacidad
A Coruña cuenta con un tejido asociativo fuerte y una riqueza cultural que podría hacer de sus fiestas un referente. Sin embargo, la desidia institucional las está convirtiendo en un evento desigual y poco representativo. «Si el gobierno municipal no es capaz de garantizar unas fiestas dignas, habrá que construir otro modelo desde los barrios», sentencia Palacios.
Mientras el Concello sigue sin dar respuestas, Sumar Coruña insiste en que es posible organizar unas fiestas verdaderamente públicas, participativas y bien gestionadas. La pregunta es: ¿quién asumirá el liderazgo que el gobierno local parece negarse a ejercer?