09/11/2025

Un Dépor sin gol se estrena con derrota en Riazor

El Deportivo de La Coruña inició su andadura en LaLiga Hypermotion con un partido gris ante el Real Oviedo, que se saldó con una derrota por la mínima (0-1) en un ABANCA-RIAZOR lleno de ilusión pero que, al final, acabó sumido en la frustración. A pesar de que los blanquiazules dominaron buena parte del encuentro, quedó en evidencia la falta de pegada en el área rival, la carencia de un delantero puro como Barbero y una actuación discreta de jugadores clave como Yeremay.

Un inicio tormentoso

El encuentro comenzó con un ritmo alto, pero la alegría duró poco para los locales. En apenas seis minutos, el Real Oviedo golpeó primero. Del Moral, tras una falta lateral, batió a Germán en una jugada cargada de suspense. Inicialmente, el gol fue anulado por fuera de juego, pero el VAR corrigió la decisión y el tanto subió al marcador. Desde ese momento, el Dépor se vio obligado a remar contracorriente.

Falta de ideas en el ataque

A pesar de que el conjunto dirigido por Imanol Idiakez se hizo con el control del balón y dominó el partido, la falta de un delantero puro volvió a ser la gran asignatura pendiente. El Dépor movía bien la pelota, pero la circulación se estancaba al llegar a los metros finales. Las oportunidades existieron, pero nunca llegaron a materializarse en verdadero peligro para Aarón, el meta oviedista.

Yeremay, quien debía ser uno de los desatascadores del ataque coruñés, no estuvo a la altura de las expectativas. A los 21 minutos, una buena acción de Mella por la banda derecha culminó con un disparo alto de Yeremay, una ocasión que evidenció la falta de precisión del jugador en momentos cruciales. Poco antes del descanso, otro disparo raso de Yeremay fue atajado sin demasiados problemas por Aarón, un reflejo de lo que fue su actuación: mucho esfuerzo, pero poca efectividad.

Segunda parte sin reacción

Tras el descanso, el Dépor continuó intentando asediar la portería rival, pero el gol seguía sin llegar. Ximo Navarro tuvo una de las mejores oportunidades a los 56 minutos, con un remate entrando desde atrás que Aarón consiguió desviar. El rechace cayó de nuevo en pies blanquiazules, pero el esfuerzo de Ximo y Yeremay fue neutralizado otra vez por el meta ovetense.

Incluso las jugadas a balón parado, como el córner que remató Pablo Vázquez en el área pequeña, fueron tapadas por la férrea defensa del Real Oviedo, que supo contener los intentos desesperados del Dépor por igualar el marcador.

Un Dépor que necesita soluciones

Con el pitido final, quedó claro que el Dépor necesita algo más que dominio para ganar partidos. La ausencia de un «9» puro como Barbero se hizo evidente en un partido en el que, a pesar de la insistencia, faltó precisión y contundencia en los metros finales.

Además, la actuación de Yeremay dejó mucho que desear. Aunque participó activamente en el juego, su impacto en el resultado fue prácticamente nulo. El joven atacante tendrá que mejorar si quiere ser el jugador determinante que se espera en una temporada en la que el Dépor necesita revulsivos claros y eficaces.

Oviedo, con oficio y experiencia

Por su parte, el Real Oviedo, un equipo que rozó el ascenso a Primera División la temporada pasada, demostró oficio y solidez defensiva. Liderados en los últimos minutos por un Santi Cazorla que aportó la veteranía y serenidad necesarias para amarrar el resultado, los asturianos supieron cómo cerrar el partido y dejar sin opciones a un Dépor que lo intentó, pero que se quedó corto.

Imanol Idiakez resumió en rueda de prensa que «dominamos y merecimos más», pero lo cierto es que sin gol no hay puntos. El Dépor deberá encontrar soluciones pronto si no quiere que este inicio de liga se convierta en un tortuoso camino cuesta arriba.

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