El equipo local remontó un partido vibrante contra el Obradoiro Ames (93-87) gracias a un espectacular juego de ataque, liderado por un tridente letal que sumó 56 puntos. La cantera, sin embargo, cerró la jornada con dos derrotas ajustadas
El Pabellón Municipal «Tocayo» vibró anoche con el baloncesto. En la segunda jornada de la Copa Galicia, el Ineltrón Santo Domingo Betanzos ofreció a su nutrida afición una performance de carácter y buen juego para lograr una victoria de prestigio frente al Obradoiro Ames por 93-87. Un triunfo coral que no sólo suma en la copa, sino que inyecta una dosis de optimismo de cara a la temporada que está por venir.
El partido no empezó sobre ruedas para los locales. El Ames demostró ser un rival incómodo y se hizo con el control en los primeros veinte minutos, llevándose los dos primeros cuartos con claridad (20-23 y 21-25). La superioridad en el rebote visitante parecía marcar la pauta de un encuentro que se ponía cuesta arriba para los de José Amando Soviético y Alberto Caamaño ‘Jimbo’.
Pero el descanso actúa como un reseteo mental. El Betanzos salió del vestuario con otra actitud y, sobre todo, con otra velocidad. La clave de la remontada estuvo en imponer un ritmo endiablado, su small-ball, un sistema de juego rápido basado en la movilidad y los tiros exteriores, que logró neutralizar la potencia interior rival. La mecánica ofensiva local comenzó a engrasarse de manera espectacular.
El tridente de oro y el salto del cadete
Sobre ese fértil terreno de juego rápido, brilló con luz propia el tridente formado por Abelleira, Aarón Gómez y Dani Martín. Entre los tres acumularon la friolera de 56 puntos, siendo los artífices directos de la remontada. Su acierto desde el perímetro y sus penetraciones dinamitaron la defensa amesana.
Pero una victoria de grupo necesita más nombres. En una noche especial, hubo espacio para la cantera. El cadete Arón Espiñeira, con solo 15 minutos en la pista, aportó una energía desbordante y 9 puntos cruciales que avivan aún más el futuro del club. Javi González completó una rotación que funcionó a la perfección, demostrando una profundidad de banquillo que será vital esta temporada.
El último cuarto fue un pulso emocional. Cada posesión, un mundo. Cada canasta, un suspiro liberado en las gradas. El Betanzos supo mantener la calma en los momentos decisivos, cerrar las defensas y culminar las acciones ofensivas para sentenciar un triunfo trabajado, sufrido y, por ello, mucho más sabroso.
La otra cara de la jornada: amargura júnior
La alegría del primer equipo contrastó con los resultados de los filiales júnior del club, que también debutaban en casa. El equipo femenino Infor-B cayó ante el Cambre por 46-57 en un partido que se les escapó en los cinco minutos finales, tras mantener un duelo igualado durante gran parte del encuentro.
Peor suerte corrió el júnior masculino, que libró un auténtico thriller ante Compañía de María. Un partido vibrante que se decidió en los segundos finales y que se saldó con una ajustada derrota por 70-74. La mala fortuna jugó su papel: dos pases decisivos en el último suspiro se marcharon por la línea de fondo, frustrando una potencial remontada.
Mirada hacia adelante
No hay tiempo para lamentaciones. El primer equipo ya mira a su próximo desafío en copa: este miércoles a las 20:30 horas se medirán en casa a uno de los rivales más potentes de la Tercera FEB, el Traumacor Culleredo, «uno de los equipos gallegos que mejor se reforzó», según destacan desde el club.
Mientras, los júnior tendrán que sacudirse la derrota con un billete en la mano. La próxima semana les espera su primer desplazamiento de la temporada, visitando a los siempre complicados Baxi Ferrol y Kempape. La temporada acaba de empezar y el camino, para todos, es largo. Pero noches como la de ayer en el «Tocayo» demuestran que el viaje promete ser emocionante.