Convertir Riazor en sede del Mundial 2030 necesita una inversión de 100 millones
Todo apunta a que Riazor será sede del Mundial de fútbol de 2030, atendiendo a los comunicados de prensa del Ayuntamiento herculino.
Lo que a todas luces parece una gran noticia, contiene importantes partes oscuras.
El Mundial de 2030 se celebrará en seis países distintos: Argentina, España, Marruecos, Paraguay, Portugal y Uruguay, aunque el grueso de los partidos se celebrará en Europa y África. España prestará once sedes, Marruecos seis y Portugal tres.
Riazor
Parece que Riazor tiene ventaja sobre Vigo para ser sede de la zona noroeste, a pesar de ser necesaria una inversión de más de 100 millones de euros, un gasto superior a la capacidad de inversión del Ayuntamiento de A Coruña.
Si calculamos el coste de la inversión por los partidos que se jueguen en esta sede nos dará un resultado casi insultante: 25 millones por cada partido. Pero las contrapartidas son otras.
Reparto de inversión
Según el proyecto presentado por el Ayuntamiento, propietario del estadio, el 10% de la inversión correría a cargo del Concello, el 20% de la Diputación de A Coruña, el 40% de la Xunta de Galicia y quedaría pendiente un 30%, que sería de inversión privada.
30 millones de inversión privada
En esta parte está la clave de los futuros usos del estadio. Leyendo entre líneas los comunicados de prensa, todo apunta a que Riazor, además de ser la sede del Deportivo, se convertirá en un recinto para grandes espectáculos, lo que nos lleva a pensar que la inversión de 30 millones pueda venir del sector de las promociones musicales y eventos multitudinarios.
Algo similar, salvando las distancias, al estadio del Real Madrid, donde las actuaciones musicales se han convertido en una importante fuente de ingresos, pero también de problemas vecinales. Los residentes del entorno del Bernabéu ya han constituido una plataforma de afectados. Tanto el estadio de Madrid como Riazor se encuentran ubicados en una zona de alta densidad de población, lo que puede provocar un importante malestar en la zona. Pero como la apuesta es más que notable, la empresa que invierta esa cantidad querrá rentabilizar su inversión y celebrar el mayor número de eventos para amortizar y sacar beneficios. La gran duda es si Riazor es el lugar adecuado para ese tipo de actividades.
Otro problema no menos importante es el gasto que se genera después de celebrar eventos no deportivos en el estadio. Según el convenio firmado en su momento entre el Deportivo y el Ayuntamiento, este último puede disponer del estadio para la celebración de eventos no deportivos pero tiene que hacerse cargo de los gastos de mantenimiento generados. Si esto sigue así y son nuestros impuestos los que paguen el mantenimiento de los daños generados mientras una empresa se lleva los beneficios, la inversión de 100 millones se queda corta.
Convertir Riazor en sede de un Mundial está muy bien, pero no a cualquier precio. Es necesario explicar con la máxima transparencia posible la letra pequeña del convenio que conlleva ese 30% de inversión privada en el proyecto.