El Deportivo ha solicitado una reunión con el Concello de A Coruña para alcanzar un punto de entendimiento que sea beneficioso tanto para el club como para la ciudad, con el objetivo de afrontar el reto de ser sede mundialista por segunda vez. Esta solicitud se produce en medio de crecientes preocupaciones y dudas sobre la viabilidad y el impacto del proyecto de renovación del estadio ABANCA-RIAZOR.
Cuestiones sobre el Aforo
Uno de los principales puntos de fricción entre el Deportivo y el Concello es el aumento del aforo del estadio. El proyecto propuesto pretende expandir la capacidad de Riazor a 48,015 espectadores, un cambio significativo que no convence del todo a la entidad blanquiazul. El Deportivo teme que un estadio de tal magnitud esté destinado a la celebración de macroeventos, lo cual plantea la pregunta de si Riazor es realmente el lugar adecuado para ello.
Mientras el Coliseum se ha quedado pequeño para ciertos eventos, la sobreexplotación de Riazor para estos fines podría dejar una factura considerable. A diferencia de otros estadios europeos, Riazor no dispone de césped retráctil, lo que podría afectar la calidad del terreno de juego tras eventos no deportivos. Además, la ubicación del estadio en pleno centro de la ciudad podría generar molestias a los vecinos y problemas de tráfico, complicando la logística de la vida cotidiana en la zona.
Financiación Privada: La Gran Incógnita
Otro aspecto crítico que sigue sin resolverse es la financiación del proyecto. Aunque se ha hablado de la participación de una sociedad mercantil con capital privado, aún no se ha identificado quién pondrá sobre la mesa esta inversión ni cómo se asegurará el retorno económico. Esta incertidumbre añade presión a las negociaciones y plantea preguntas sobre la sostenibilidad financiera del proyecto.
Inés Rey, la alcaldesa de A Coruña, ha manifestado su confianza en que se logrará un entendimiento entre las administraciones públicas y entidades privadas para financiar las reformas necesarias. Sin embargo, las declaraciones del vicepresidente de la Xunta, Diego Calvo, sobre la necesidad de una mayor colaboración y la participación del Gobierno central reflejan la complejidad y los retos que enfrenta la candidatura coruñesa.
Muchas Preguntas, Pocas Respuestas
A medida que la ciudad se prepara para su posible papel en el Mundial 2030, queda claro que hay muchas preguntas sin respuesta. ¿Cómo se distribuirán los costos de la renovación del estadio? ¿Quién garantizará la financiación privada? ¿Cómo se gestionarán los impactos logísticos y sociales de los eventos masivos en el centro de la ciudad? Todas estas cuestiones requieren soluciones claras y colaborativas para que A Coruña pueda aprovechar plenamente esta oportunidad histórica sin sacrificar el bienestar de sus ciudadanos ni la estabilidad del Deportivo.
El futuro de Riazor y su papel en el Mundial 2030 dependen ahora de un diálogo abierto y constructivo entre el Deportivo, el Concello y todas las partes interesadas. Solo a través de una cooperación efectiva y un compromiso mutuo se podrá asegurar que la ciudad y el club salgan fortalecidos de este ambicioso proyecto.