Silencioso como un susurro. Consigue algo que en el fútbol es bastante difícil , hacerlo fácil.
Acostumbrados en Coruña a unos últimos días de mercado frenéticos y desconcertantes , este año y pese a estar en la categoría de Bronce del fútbol español no iba a ser menos. La no llegada de refuerzos “de alta alcurnia” daba paso al Fabril y ahí aparecía él, como un regalo caído del cielo. Diego Villares “El Mago de Samarugo”.
Criado en los adentros “da Terra Chá”, en los brazos del Racing Club Villalbés, llegaba al conjunto blanquiazul en la temporada 2018-2019 y su progresión se constataría de manera palpable con el paso de las temporadas hasta el día de hoy. A paso lento pero seguro e importante, con la palabra humildad como bandera.
Silencioso como un susurro. Consigue algo que en el fútbol es bastante difícil , hacerlo fácil. Espigado y natural. Combinación de pausa y paso doble con ritmo e inteligencia táctica. Con un despliegue físico importante para ayudar al equipo en tareas defensivas pero sin olvidarse de su inseparable amigo el balón y de la responsabilidad que todo medio centro tiene para con el juego.
Recién renovado por una temporada, más otra opcional, el chairego se ha echo con un puesto en el once de Ruben de la Barrera, complementándose a la perfección con los demás medios centros del conjunto blanquiazul. Versátil. Está presente en todos los momentos del juego, capaz de defender , atacar y transitar a un nivel considerable. Todocampista y teniendo en cuenta que a su edad ( 24 años) cuenta con un margen de mejora importante para ir construyendo un techo cada día más alto.
Talento y elegancia acompañado de trabajo. Así es él, el Mago de Samarugo.