Por: Un ciudadano aturdido por tanta genialidad
Parece que la alcaldesa Inés Rey, siempre atenta a las necesidades más urgentes de la ciudad, ha decidido dar un paso más en su imparable carrera por la innovación urbanística. Tras el éxito rotundo (o eso creen ellos) de su apoyo incondicional a la Universidad de Cesuga —que incluyó, cómo no, un almuerzo de campeonato—, ahora llega su siguiente gran idea: convertir la primera planta del Palacio Municipal en un restaurante de lujo.
La inspiración, como no podía ser de otra manera, le llegó a través de su asesora más cercana, «la Pitonisa de María Pita», una figura enigmática cuyas visiones parecen dictar el rumbo de la ciudad. Según fuentes cercanas al consistorio (o sea, el rumor del bar de abajo), la Pitonisa argumentó que, si ya se recibe a todo tipo de iniciativas públicas y privadas con canapés y vino, ¿por qué no monetizarlo? Total, el Ayuntamiento ya es un hervidero de eventos, así que mejor sacarle rentabilidad.
Un restaurante con «puerta giratoria» hacia el futuro
La idea, como todas las grandes ideas, no ha sido bien recibida por todos. Algunos concejales, esos aguafiestas que todavía creen que el Palacio Municipal debería dedicarse a cosas aburridas como «gestionar la ciudad», se negaron a salir en la foto para no ser asociados con semejante ocurrencia. Pero, ¿qué sabrán ellos?
Afortunadamente, la alcaldesa cuenta con el apoyo incondicional del superconcejal Lage Tuñas, experto en todo y maestro de la estrategia política. Él, con esa visión de futuro que lo caracteriza, ha propuesto un añadido de lujo: una puerta giratoria que conecte directamente el restaurante municipal con la nueva universidad privada.
«Así, la alcaldesa y su número dos podrán ir y venir discretamente, sin que nadie note sus frecuentes viajes entre el negocio educativo y el gastronómico», explicó un insider (o sea, el mismo que nos contó lo del menú del día).
La ciudad se vuelca: ¡Todos quieren comer en María Pita!
Desde que se filtró la noticia, las solicitudes para reservar mesa en el futuro «Restaurante Rey» (nombre provisional, aunque suena a chiste involuntario) se han disparado. Vecinos, empresarios y curiosos quieren probar el menú que, según rumores, incluirá:
- Entrante: Declaraciones contradictorias al gusto.
- Plato principal: Proyecto urbanístico en salsa de confusión.
- Postre: Puerta giratoria con sorpresa (¿tendrá cargo de conciencia o solo facturas sin IVA?).
Mientras tanto, los coruñeses se preguntan: ¿Realmente necesitamos un restaurante en el Ayuntamiento? Pero, claro, eso es pensar en pequeño. La grandeza de las ideas de Inés Rey y su Pitonisa trasciende lo mundano.
Próximamente en María Pita: Catering para bodas, bautizos y despidos de cargos públicos por casos de corrupción. ¡Reserven ya! (Plazas limitadas, prioridad para amigos del gobierno).

