En mayo del año pasado tuvo que cerrarse el Jardín de San Carlos después de ser inaugurado uno días antes por la alcaldesa. El motivo del cierre fue la plaga de la grafiosis.
Después de varias preguntas realizadas al gobierno municipal sobre la situación de esta emblemática olmeda, la única respuesta obtenida fue el silencio.
Pero Inés Rey en la entrega de medallas de oro de la batalla de Elviña hizo referencia a la tumba de Sir John Moore, ubicada en este jardín, esto debió de recordar el estado de abandono que sufre este recinto.
Hace unos pocos días anuncio la alcaldesa que realizaran excavaciones con el objetivo de aislar los olmos que todavía puedan intentarse salvar del contagio.
Esta solución que se plantea desde el gobierno local, tiene una única finalidad, salvar los no afectados por grafiosis, pero lo grave de adoptar esta medida, es en el momento que se está planteando, esta fue una de las opciones que plantearon los técnicos en el momento que se observo la plaga. Los técnicos consultados acusan una excesiva lentitud en adoptar medidas que ya se ofrecieron al principio, cuando el número de olmos a ser salvados seria mucho mayor.
Dado que es la única medida anunciada es esta, aislar los ejemplares, las dudas sobre poder recuperar este espacio en plena Ciudad Vieja son cada vez mayores.
La falta de atención durante este tiempo son evidentes, que sirva de ejemplo que en propia web municipal sigue apareciendo un horario de visita, cuando es más de medio año desde que está cerrado a los visitantes.
Pero la grafiosis no es el único dolor de cabeza verde para la ciudad. Las palmeras también están bajo amenaza, esta vez por el picudo rojo, un escarabajo que ha llevado a la tala de varias de estas emblemáticas especies en A Coruña. La falta de medidas preventivas y de tratamiento ha permitido que el picudo rojo se convierta en una amenaza real para la flora urbana.
