El Concello recaudó menos del 1 % de lo presupuestado en cuotas de urbanización
La liquidación del ejercicio 2023 actualmente no está publicada en la web del Concello, pero Noticias Coruña ha tenido acceso a una parte importante del expediente.
Los datos indican que la situación económica del Concello es preocupante. Además de una deuda que supera los 100 millones de euros, la desviación negativa de los ingresos reales se acerca a los 100 millones de euros (-99.934.256,40 €).
Estas son algunas de las partidas deficitarias detalladas:
IBI. Impuesto sobre bienes inmuebles.
El desfase en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), con una desviación de 4.460.535,71 € en los ingresos esperados, es un indicativo claro de los problemas en la planificación y ejecución del presupuesto del Concello de A Coruña. El IBI se calcula en función del valor catastral y el gravamen establecido por el municipio, datos que gestiona directamente el departamento de gestión presupuestaria. Por tanto, esta desviación podría ser el resultado de una proyección presupuestaria inflada o de una gestión ineficaz, ambas preocupantes.
La situación es aún más crítica si consideramos los 3.091.400,11 € de ingresos reconocidos pero aún pendientes de cobro, una cifra que no está incluida en la desviación presupuestaria pero afecta gravemente a la liquidez del Concello. Esto podría generar un agujero adicional en las finanzas municipales a corto plazo, agravando la ya delicada situación económica.
Si esta tendencia de ingresos deficitarios continúa, especialmente en una partida tan importante como el IBI, es probable que las medidas de ajuste fiscal, como la subida de impuestos del 3% aplicada en el 2024, no sean suficientes para compensar el déficit creciente.
IAE. Impuesto sobre actividades económicas.
El déficit en la recaudación del Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE) muestra una desviación de 1.789.626,83 €. Este desfase podría tener dos causas principales: una proyección presupuestaria inflada, lo que evidenciaría falta de rigor o negligencia por parte del departamento de presupuestos, o una pérdida de actividad económica en la ciudad, lo cual sería un síntoma preocupante de la pérdida de competitividad de A Coruña como lugar atractivo para el establecimiento de empresas.
La suma adicional de 1.005.779,81 € pendientes de cobro agrava el problema, ya que no solo afecta a los ingresos directos, sino que también revela posibles dificultades en la recaudación efectiva del IAE.
Este impuesto es especialmente relevante para las arcas municipales, ya que está directamente relacionado con el nivel de actividad empresarial en la ciudad. Si la disminución de ingresos proviene de una reducción de la actividad económica, sería recomendable que el Concello pusiese en marcha una estrategia de reactivación económica y de incentivos para atraer nuevas empresas y frenar esta tendencia.
IVTM. Impuesto sobre vehículos de tracción mecánica.
La desviación en el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM) entre lo presupuestado y lo recaudado en 2023 asciende a 546.639,89 €. Aunque la cifra parece menor en comparación con los déficits del IBI y el IAE, lo realmente destacable es la alarmante cantidad de 1.698.231,12 € en ingresos pendientes de cobro, lo que representa más del 15% del total del presupuesto destinado a este impuesto.
Este alto porcentaje de impagos es un síntoma claro de deficiencias en la recaudación y la ejecución del cobro de este tributo. Al tratarse de un impuesto relativamente estable —ya que depende de la posesión de vehículos, que suele mantenerse constante en el tiempo—, esta desviación podría deberse a problemas administrativos o a una falta de seguimiento en el cobro de los recibos.
Así pues, cabría mejorar los mecanismos de recaudación implementando medidas correctivas, como mejorar la gestión de los impagos u ofrecer facilidades de pago.
ORA. Tasa de estacionamiento de vehículos.
La caída en la recaudación de la Tasa de Estacionamiento de Vehículos (ORA), con una desviación de 302.847,78 € respecto a lo presupuestado, es significativa, especialmente considerando que representa cerca del 10% del total previsto.
Sorprende este desajuste teniendo en cuenta la alta ocupación de plazas de estacionamiento, una realidad que debería haber generado ingresos más cercanos a los presupuestados. Sin embargo, la magnitud del déficit sugiere que algo no está funcionando correctamente.
La hipótesis más probable de este desajuste parece la táctica de inflar cantidades en el presupuesto para mostrar previsiones optimistas pero poco realistas, algo que ya se ha observado en otros impuestos.
VADOS. Tasa por entrada de vehículos.
A pesar de ser una tasa relativamente sencilla de calcular, debido a la existencia de un censo de vados, la desviación en los ingresos planificados por la Tasa por Entrada de Vehículos (VADOS) es significativa.
Inicialmente, ya se ajustó el presupuesto en -248.291,69 €, lo que representa una desviación de más del 10% respecto al presupuesto inicial de 2.400.000 €. Sin embargo, la desviación final llegó a ser de -278.057,11 €, lo que indica que la proyección de ingresos fue aún más optimista. Esto, sumado a los 213.710,32 € de ingresos pendientes de cobro, hace que la recaudación neta quede por debajo de los 2 millones de euros, perdiendo más del 20% de lo presupuestado inicialmente.
Uno de los problemas que agrava esta situaciónes la falta de emisión de las etiquetas de renovación de vado desde 2018, algo que fomenta la picaresca y permite que los vados ilegales se mezclen con los que están al corriente de pago. Este mala gestión por parte del Gobierno local no solo implica una pérdida de ingresos, sino que también genera desigualdad entre aquellos que pagan sus tasas y aquellos que evaden el pago. Además, al no exigir visiblemente el cumplimiento de las normativas (con la emisión de etiquetas, por ejemplo), se dificulta el control y fiscalización de estos espacios.
La falta de acción para actualizar la emisión de las etiquetas, como establece la Ordenanza Municipal, revela una clara negligencia en la supervisión de este tributo y en el cumplimiento normativo.
Utilización privativo empresas servicios telecomunicaciones.
El tributo por la utilización privativa del suelo, subsuelo o vuelo de las vías públicas por empresas de telecomunicaciones es, sin duda, uno de los casos más preocupantes en cuanto a la desviación presupuestaria.
Ni siquiera se ha alcanzado el 40% de los ingresos previstos, con una recaudación final de 545.092,92 € sobre un presupuesto inicial de 1,5 millones de euros.
Este tributo regula el uso del dominio público por las empresas titulares de redes de telecomunicaciones fijas, un recurso que está claramente delimitado y cuya ocupación debería ser fácilmente identificable y controlada, ya que implica infraestructura visible y material. La enorme desviación plantea varias preguntas sobre la capacidad del Concello para gestionar y controlar adecuadamente el aprovechamiento del espacio público por estas empresas.
Además, la diferencia tan significativa entre lo presupuestado y lo recaudado sugiere que se inflaron las expectativas de ingresos de manera poco realista o que hay una falta grave de seguimiento para asegurar que estas empresas paguen por el uso del suelo público.
Este tipo de ocupación del dominio público es esencial para las arcas municipales, ya que involucra a grandes empresas del sector de telecomunicaciones que, en principio, deberían cumplir con sus obligaciones fiscales.
Multas por infracciones de la Ordenanza de Circulación.
De los 8 millones de euros previstos en el presupuesto, solo se han recaudado 3.288.090,10 €, es decir, menos del 50% de lo planificado. Esta situación refleja nuevamente un problema de gestión en la recaudación de las multas, que debería ser un mecanismo relativamente estable y predecible, ya que depende de la aplicación de sanciones por incumplimientos normativos.
Además, hay una cantidad significativa de 2.235.323,24 € en multas sin cobrar, lo que suma un 27% más de lo efectivamente recaudado, pero que sigue dejando el ingreso total muy por debajo de las expectativas presupuestarias. Esta cifra de impagos representa una gran cantidad de dinero que, si no se gestiona adecuadamente, podría convertirse en un pasivo importante y aumentar el déficit a corto y largo plazo, afectando también a la credibilidad del sistema de sanciones.
Cuotas de urbanización.
El presupuesto inicial fue de 9.737.097,01 €, pero la desviación negativa llega a 9.653.240,38 €, dejando casi todo el ingreso previsto sin llevarse a cabo.
Agrava aún más la situación que durante el ejercicio se incrementó la partida hasta 15.868.420,49 €, lo que revela un aumento irrealista en las expectativas de recaudación, cuando finalmente solo se ingresaron 123.499,63 €, una fracción mínima de lo previsto.
No solo existen problemas en la planificación presupuestaria, sino también en la gestión y ejecución de los cobros. Incrementar la previsión de ingresos hasta los 15 millones de euros sin un fundamento sólido parece ser una decisión errónea que ha llevado a una desviación presupuestaria de casi 10 millones y más de 6 millones de euros sin cobrar, lo que supone un agujero financiero considerable para las arcas municipales.
Valga como ejemplo la reforma de los “pisitos” de Lage Tuñas, cuando el responsable de Hacienda en el Concello quiso hacer pasar por obra menor la transformación de un local en dos pisos. Podríamos asegurar que existen muchos más casos de este tipo.
FEDER. Fondo Europeo de Desarrollo Regional.
El hecho de que 22 millones de euros hayan quedado «por el camino» en un apartado que no corresponde a un tributo y que ya se trató en un artículo anterior, es un ejemplo más del descontrol financiero en la gestión del Concello de A Coruña.
Si bien esta cantidad no está directamente relacionada con un impuesto o tasa, una pérdida de fondos de tal magnitud agrava aún más la situación económica municipal y pone en evidencia las deficiencias estructurales en la administración de recursos.
Que una cantidad tan significativa haya quedado sin gestión o ejecución adecuadas es preocupante y demuestra que los problemas no se limitan únicamente a la recaudación de tributos, sino también a la gestión general de los fondos municipales.
Este tipo de situaciones podría estar relacionada con una mala planificación de proyectos, ineficiencia en la gestión de inversiones o, peor aún, con problemas de corrupción o favoritismo en la asignación de fondos.
Al igual que en la fábula de la lechera, la diferencia entre las previsiones quiméricas y la cruda realidad provoca que la gestión presupuestaria del Concello, en manos de Lage Tuñas, obtenga un rotundo suspenso.