El martes pasado los vecinos de Monte Alto y se enfrentaron a los okupas de los narcopisos. La alcaldesa y la subdelegada responsabilizan a los vecinos.
Los problemas de okupaciones y narcopisos se han extendido por toda la ciudad desde hace tiempo. La inacción de la alcaldesa provocó que el martes 6 de febrero se produjera una concentración frente a una de esas viviendas okupadas, dedicada al tráfico y consumo de drogas.
En plena protesta vecinal apareció la policía local y la policía nacional para garantizar la seguridad de las personas que okupaban el inmueble y evitar males mayores. Más tarde se sumaron las Unidades de Intervención Policial (U.I.P.), así como los comisarios jefes de la policía nacional. En este despliegue solo faltaron los responsables políticos, concejales con competencias en seguridad y la delegación o subdelegación del gobierno.
En unas declaraciones realizadas por Inés Rey el día después de los hechos, la alcaldesa pidió desde su atril “calma a los vecinos”. La subdelegada del Gobierno, María Rivas, también realizó declaraciones destacando que le preocupa la reacción vecinal, pero se olvidó del desasosiego de los residentes que lo sufren diariamente. Unos vecinos que han echado en falta más contundencia y determinación en la búsqueda de soluciones reales por parte de estas dos mandatarias.
El suceso del martes en Monte Alto no es más que la punta del iceberg de un problema que afecta a diferentes zonas de la ciudad. Cabe recordar las manifestaciones, protestas y caceroladas vecinales en edificios ocupados y narcopisos en Os Mallos, Os Castros o en la Ronda Nelle 120.
Inés Rey pide calma sin asumir sus responsabilidades ni adoptar medidas para solucionar el origen del problema. Nueve asociaciones de vecinos de la ciudad tienen presentada por registro una solicitud con más de 5000 firmas para hablar con la alcaldesa. La alcaldesa pide calma pero sigue sin recibir y escuchar a los representantes vecinales.
La subdelegada del gobierno parece vivir en otra ciudad, pero en realidad reside en las proximidades del lugar de los hechos. Que la representante del gobierno de Pedro Sánchez en la provincia de A Coruña vea el problema en una reacción vecinal, es desconocer cuál es la causa real.Los okupas que ayer abandonaron la vivienda de la calle Washington, instantes después intentaron entrar en otra vivienda a menos de 100 metros.
Los lamentables sucesos del martes en Monte Alto son una clara muestra del hartazgo de los vecinos y vecinas ante unos problemas que llevan meses denunciando y son obviados por los responsables políticos de la ciudad. Ante la inacción de las autoridades, los propios residentes se organizan para intentar remediar los problemas utilizando la fuerza, un camino muy peligroso de consecuencias impredecibles. Un polvorín que urge solucionar.