La situación de la música en A Coruña está atravesando un momento crítico. A pesar del aumento significativo de los presupuestos municipales, el Consorcio de Promoción de la Música, que alberga a la Escuela de Música, la Banda Municipal y la Orquesta Joven, no ha visto incrementada su partida desde 2017. Esto está generando una profunda preocupación entre los trabajadores, músicos y usuarios de estas instituciones, que ven cómo los problemas estructurales y de financiación empiezan a pasar factura a la calidad y sostenibilidad de estos servicios culturales.
Un presupuesto estancado desde 2017
El Consorcio de Promoción de la Música ha mantenido una asignación presupuestaria de 3,3 millones de euros desde el año 2017. Este dato resulta especialmente alarmante si se tiene en cuenta que el presupuesto total del Ayuntamiento de A Coruña ha aumentado en los últimos años, pasando de 268 millones de euros a 405 millones. Es decir, mientras otros sectores han visto cómo se incrementaban los fondos destinados a sus actividades, la música ha quedado relegada, sin recibir un solo euro adicional.
El presupuesto municipal presentado para 2024, que ronda los 405 millones de euros, refleja esta falta de inversión en el Consorcio. Mientras que otros organismos como el Instituto Municipal Coruña Espectáculos (IMCE) sí han visto un refuerzo económico, el Consorcio de Promoción de la Música sigue sufriendo el olvido. Inés Rey, alcaldesa de A Coruña, ha mantenido su compromiso con el turismo y otros sectores culturales, pero la música, en especial la Escuela Municipal y la Banda Municipal, parece no ser una prioridad en estos momentos.
La precariedad de la Escuela Municipal de Música
La Escuela Municipal de Música de A Coruña se enfrenta a una situación insostenible. Los trabajadores del centro han alzado la voz en los últimos días, denunciando las condiciones de precariedad en las que se encuentran. Según La Voz de Galicia, los problemas estructurales del edificio, con tuberías atascadas y baños inservibles, son solo la punta del iceberg de un problema mucho más profundo: la falta de inversión para mejorar las instalaciones y asegurar un entorno digno para los alumnos y el personal.
Los trabajadores han llevado sus quejas a la calle, con la esperanza de que el Ayuntamiento escuche sus demandas y actúe en consecuencia. Entre las reclamaciones más urgentes se encuentra la necesidad de mejoras en las infraestructuras del centro, que a día de hoy presenta graves deficiencias que afectan tanto a la enseñanza como al bienestar de los estudiantes. Además, los docentes han expresado su preocupación por la estabilidad laboral, ya que la falta de fondos podría poner en peligro sus puestos de trabajo en un futuro próximo.
La precariedad no solo afecta a los docentes y trabajadores administrativos, sino también a los alumnos, quienes se ven obligados a estudiar en condiciones que no son adecuadas. Con los baños clausurados por problemas de fontanería y las instalaciones en mal estado, la experiencia educativa de estos jóvenes músicos está lejos de ser la que merecen. Para muchos, la Escuela Municipal de Música es una puerta de entrada al mundo de la música, y las condiciones actuales no reflejan la importancia de este espacio formativo en la vida cultural de A Coruña.
El futuro de la música en A Coruña
El panorama es sombrío para el sector musical coruñés si no se toman medidas inmediatas. La falta de inversión en el Consorcio de Promoción de la Música es una de las grandes asignaturas pendientes del Ayuntamiento de A Coruña. Con un presupuesto en crecimiento, resulta incomprensible para muchos cómo un sector tan vital para la vida cultural de la ciudad ha sido relegado a un segundo plano.
El Consorcio, que alberga a la Orquesta Joven, la Banda Municipal y la Escuela Municipal de Música, debería ser un pilar fundamental en la estrategia cultural de la ciudad. Sin embargo, su partida presupuestaria sigue anclada en los 3,3 millones de euros desde 2017, a pesar del incremento general de los presupuestos municipales.
La ciudadanía, especialmente aquellos vinculados al mundo de la música, reclama una mayor atención por parte del consistorio. Si la situación no se revierte, el riesgo es claro: A Coruña podría perder una parte esencial de su tejido cultural, afectando no solo a los profesionales que trabajan en estos organismos, sino también a los ciudadanos que disfrutan de su arte y cultura.