La reapertura de la tienda Primor contradice las palabras que la alcaldesa pronunció a principios del pasado me de abril: “La Comisión Técnica no autorizó esas obras, no tenían licencia para hacerlas y por lo tanto tampoco tenían licencia de apertura y decidieron unilateralmente hacer las obras”
A pesar de las contundentes declaraciones de la alcaldesa al respecto, la tienda Primor está otra vez abierta, sin obras aparentes y sin los cambios en la fachada que, según la máxima responsable del Concello, eran obligatorios.
Primor abrió sus puertas en el Cantón Pequeño el pasado 12 de marzo. Quince días después, se produjo su repentino cierre.
La alcaldesa desgranó en distintos medios de comunicación los motivos de tan sorpresiva medida:
- El establecimiento permanece parado tras una orden municipal por no tener licencia “para hacer las obras” ni para “su apertura”.
- “Decidieron hacer las obras y abrir de forma unilateral. Se les notificó que tienen que adaptar la obra a la normativa”.
- Aseguró que el Ayuntamiento, “siguiendo los cauces oportunos”, hizo “los requerimientos legales que tiene que hacer, en plazos que tiene que hacer, y se procedió al cierre”
- “Se notificó que no podían estar abiertos, que tenían que adaptar la obra de reforma de este local a la normativa PEPRI (Plan Especial de Pescadería y Ciudad Vieja) tal y como se les había indicado”.
- “Se les notificó lo que tenían que hacer, pero no lo hicieron”
- “La comisión no autorizó las obras, por lo que no tenían licencia. Se procedió al cierre tras notificar que no podían estar abiertos y que tenían que adaptar la obra de la reforma a la normativa PEPRI”.
Todas estas afirmaciones realizadas por la alcaldesa han quedado en agua de borrajas en el momento en que la tienda ubicada en los Cantones de A Coruña ha vuelto a abrir sus puertas y se puede constatar que no se ha realizado ni se está realizando obra alguna.
Mucho menos se ha modificado la fachada de la planta baja, que debería ser de madera, según un dictamen de la comisión asesora del PEPRI, en el que recuerda que el edificio cuenta con protección de nivel integral.
Esta normativa está en vigor desde 2013, cuando se aprobó el PEPRI. Desde entonces, los edificios históricos que vieron modificadas sus fachadas o volumetrías deben recuperar su disposición original si se someten a una reforma en la actualidad.
Según las explicaciones facilitadas por la alcaldesa, el local no tenía licencia de obra y tampoco de apertura, incluso debería recuperar la fachada de madera por estar en un espacio de especial protección. En base a estos argumentos, los servicios de urbanismo y policía local deberían actuar inmediatamente para volver a cerrar el local como marca la legislación.
Solo una persona tiene capacidad para evitar la actuación del servicio de urbanismo y de la policía local. ¿Lo adivinan? Sí, es José Manuel Lage Tuñas, concejal con competencias en estas dos áreas. Cuesta creer que no tenga alguna responsabilidad en la dejación de funciones de estos servicios.
Comprobado que no se ha llevado a cabo ninguna obra en el establecimiento y vuelve a estar abierto al público, urge plantear algunas preguntas.
¿Mantiene Inés Rey a día de hoy el argumentario expuesto hace apenas un mes?
Si no lo mantiene, ¿significa que la tienda se cerró de forma incorrecta?
Si lo mantiene, ¿por qué no ordena su cierre inmediato?
¿Existe otra persona, aparte de Lage Tuñas, con capacidad para contradecir a la alcaldesa y desautorizarla públicamente?
¿Puede ser considerado un trato de favor por parte de Lage Tuñas?
¿Existe transparencia en este expediente?
Seguiremos informando.
