Más de un centenar de vecinos se congregaron en la Ronda de Outeiro en protesta por la obra que afecta a sus viviendas.
A las doce de la mañana los vecinos de las antiguas casas de Franco se citaban para protestar por la obra que se está realizando delante de sus viviendas, una obra que lleva siendo polémica desde su inicio.
El foco de la protesta se centra en una elevación que desde las viviendas se verá como un muro de un metro y medio de alto que separará la calzada de la acera así como dos escalones de varios centímetros de altura que también separará la zona ajardinada de los portales.
Por otro lado los vecinos con problemas de movilidad destacan que el desplazamiento de los contenedores les dificultará su vida diaria dadas las dificultades para acceder a los mismos.
Un problema no menor es la desaparición de plazas de aparcamiento para la construcción de un muro que preocupa y mucho a los vecinos ya que elimina el acceso de forma directa a la ronda y preguntan que sucedería en caso de un emergencia médica o un incendio.
Deborah Cotelo presidenta de la comunidad del número 261 ha hecho referencia a todos estos puntos y ha añadido que desconoce si detrás de esta obra hay un interés inmobiliario oculto y recuerda que los edificios previstos justo al otro lado de la calle tiene un precio que ronda los 400.000 euros. Advierte Deborah que la promotora de esos edificios está de acuerdo con las protestas y pide que los vecinos sean escuchados.