El Gobierno local modificará el proyecto inicial de las Casas de Franco que puso en marcha hace un año sin consenso
Inés Rey y José Manuel Lage Tuñas no asistieron a la reunión sobre las Casas de Franco pese a que se había producido un cambio de fecha debido a «problemas de agenda». La ausencia de estos altos cargos dejó el liderazgo de la reunión en manos de los ediles Francisco Díaz Gallego y Nereida Canosa.
Un proyecto sin información ni consenso
El proyecto inicial de las Casas de Franco fue aprobado en diciembre de 2022. A pesar de que contaba con un presupuesto significativo de casi medio millón de euros, la falta de consenso con los vecinos de la zona generó una fuerte oposición desde el principio. El gobierno de Inés Rey avanzó en la planificación y, en abril de 2023, se licitaron las obras con el objetivo de iniciarlas tras el verano y tenerlas completadas a finales de 2023.
La obra fue adjudicada en julio de 2023 con un plazo de ejecución de cinco meses. Curiosamente, el retraso en el inicio de las obras no estuvo directamente relacionado con las protestas, sino con la tardanza de la empresa adjudicataria, que no comenzó los trabajos hasta octubre, varios meses después de lo previsto.
En mayo de 2024, los vecinos solicitaron la paralización de las obras.
La Plataforma das Casas de Franco ha sido una voz clave en la oposición al proyecto de reurbanización impulsado por el gobierno de Inés Rey, con una serie de demandas enfocadas en mejorar la calidad de vida de los residentes. Estas fueron sus principales reclamaciones:
- Mejor accesibilidad: eliminación de las barreras arquitectónicas y establecimiento de la cota cero en la reforma, es decir, garantizar que las aceras y las zonas peatonales no tuviesen desniveles que dificultaran el acceso, especialmente para personas con movilidad reducida.
- Protección de la zona peatonal: rechazo a la reducción de las zonas destinadas a peatones, solicitando que se mantuvieran los espacios amplios para la circulación de personas.
- Aparcamiento: rechazo a la reducción de las plazas de aparcamiento. En una zona que ya sufre problemas de estacionamiento, la eliminación de más plazas agravaría la situación.
Por su parte, el gobierno local se resistía a implementar la cota cero esgrimiendo varias razones, aunque estas fueron posteriormente desmentidas con informes técnicos solicitados por los vecinos:
- Impermeabilización: el Ayuntamiento argumentaba que la cota cero complicaría la impermeabilización de las zonas afectadas. Sin embargo, se explicó que los materiales de impermeabilización son extremadamente delgados y no afectarían de manera significativa a la reforma. Además, la zona del aparcamiento subterráneo en cuestión no tiene problemas de humedad.
- Mantenimiento del arbolado: otra justificación del gobierno local era la necesidad de proteger los árboles de la zona. No obstante, los vecinos propusieron elevar el sistema de arbolado mediante bancos y elementos ornamentales, mejorando tanto la accesibilidad como la estética, desmontando así los argumentos del ejecutivo municipal.
- Soterramiento del tendido eléctrico: esta fue la razón principal que utilizó el Ayuntamiento. No obstante, los informes vecinales presentaron alternativas viables para soterrar el cableado con sistemas que cumplen las normativas de seguridad actuales.
Este tipo de desacuerdos entre la comunidad y el Gobierno local pone de manifiesto la importancia de escuchar las voces de los afectados en proyectos urbanos paraconsensuar soluciones técnicas que sean funcionales y respeten las demandas de los residentes, especialmente cuando se trata de aspectos que afectan directamente a su accesibilidad y calidad de vida.
Retraso e incremento de coste
La falta de diálogo por parte del Gobierno local en el proyecto de reurbanización de las Casas de Franco ha generado dos problemas significativos que afectan tanto a los vecinos como a las finanzas municipales.
- Retrasos en la finalización de las obras: aunque el proyecto estaba licitado para completarse en diciembre de 2023, los retrasos acumulados, tanto por la tardanza en el inicio de las obras como por la falta de consenso, atisban que se termine en el 2025. Esta demora no solo genera molestias a los vecinos, que han tenido que soportar la interrupción de su vida cotidiana y el impacto de unas obras interminables, sino que también afecta a la confianza en la capacidad de gestión del gobierno local.
- Aumento del coste para las arcas municipales: uno de los aspectos más preocupantes es el impacto financiero. A Coruña, con una deuda de 100 millones de euros, es el ayuntamiento más endeudado de Galicia, soportando más de un tercio de la deuda de todos los municipios gallegos. Los retrasos en proyectos como este no solo incrementan los costos directos de la obra, sino que también conllevan la pérdida de ayudas y subvenciones, como las provenientes de fondos europeos. En el caso de las Casas de Franco, el hecho de tener que volver a replantear el proyecto desde cero añade un coste adicional significativo, empeorando más si cabe la situación financiera del Ayuntamiento.
Este problema no es aislado, ya que otros proyectos municipales han perdido financiación por no cumplirse los plazos, un fallo evidente de planificación por parte del gobierno local. La combinación de una elevada deuda municipal y la falta de ejecución eficiente de los proyectos suponen un grave riesgo para la estabilidad económica del Ayuntamiento y, en última instancia, para los contribuyentes que terminan soportando estos sobrecostes.
En este contexto, es esencial que el gobierno local mejore su capacidad de diálogo y gestión, no solo para evitar la repetición de situaciones como esta, sino también para garantizar una utilización eficiente de los recursos públicos y de las ayudas externas que dependen del cumplimiento de plazos y objetivos.