El servicio de autobuses que cubre la línea Betanzos-A Coruña se ha convertido en un calvario diario para los vecinos de la comarca. Con una frecuencia ridícula –especialmente los fines de semana, donde hay apenas un autobús cada cuatro horas– y vehículos que circulan masificados hasta el punto de obligar a personas mayores a viajar de pie por carreteras de alta velocidad, el servicio no solo es insuficiente, sino también un peligro público.
Un transporte colapsado y sin alternativas
Los vecinos denuncian que los autobuses, gestionados por Monbus, van habitualmente abarrotados, incluso en horas no punta. «Es habitual ver a personas de más de 70 años agarradas a los pasamanos en carreteras de 70 o 90 km/h porque no hay asientos libres», explica Manuel, un usuario habitual que ha contactado con este medio.
La situación empeora los fines de semana, cuando la frecuencia se reduce a un autobús cada cuatro horas, dejando a decenas de personas esperando bajo la lluvia o el sol sin opciones alternativas. «Si pierdes el autobús de las 18:00, no hay otro hasta las 22:00, y eso si no va lleno y te dejan plantado», lamenta Ana, una estudiante que usa la línea a diario.
Un riesgo para la seguridad vial (y humana)
El principal problema no es solo la incomodidad, sino el peligro real que supone viajar de pie en un autobús que circula por carreteras como la AC-542 o la AG-64, con curvas pronunciadas y tráfico denso. Expertos en seguridad vial consultados advierten de que esta situación incumple las recomendaciones básicas de transporte público, que exigen asientos para todos los pasajeros en trayectos interurbanos.
«Que una persona mayor tenga que ir de pie en un autobús que frena bruscamente en una carretera de 90 km/h es una irresponsabilidad«, señala Carlos López. «Si hay un accidente, las consecuencias pueden ser gravísimas».
Vecinos hartos: «Estamos abandonados»
Las quejas de los usuarios son constantes, pero la Consellería de Infraestruturas y la concesionaria Monbus no han tomado medidas. «Llevamos años reclamando más frecuencia y vehículos más grandes, pero solo recibimos excusas», denuncian los vecinos
Algunas de sus demandas son:
✔ Aumentar la frecuencia, especialmente los fines de semana.
✔ Reforzar las líneas con autobuses más grandes en horas punta.
✔ Garantizar asientos para todos, prohibiendo viajar de pie en trayectos peligrosos.
¿Hasta cuándo?
Mientras la Xunta y Monbus miran hacia otro lado, los vecinos de Betanzos y alrededores siguen sufriendo un servicio precario, inseguro y claramente insuficiente. La pregunta es clara: ¿Tendrá que ocurrir una desgracia para que alguien haga algo?