El Instituto Municipal de Coruña Espectáculos se afianza como el más opaco de los organismos dependientes del Ayuntamiento herculino. Únicamente el 1,07% del presupuesto final del 2022 aparece reflejado en la web de licitaciones del estado.
En el último pleno municipal, el gobierno llevó para su aprobación la liquidación del presupuesto de 2022. En la documentación, aparecen tanto la liquidación de las cuentas del propio Ayuntamiento como de los órganos dependientes de éste.
En los documentos correspondientes al IMCE, entidad que preside la alcaldesa Inés Rey, pero gestiona el concejal Gonzalo Henrique Castro, se comprueba que dicho organismo finalizó el año con un presupuesto de 9.189.960,24 euros. A esta cifra se llegó por un incremento presupuestario de casi 2,5 millones de euros a través de sucesivos modificativos de crédito.
El presupuesto del IMCE puede parecernos más o menos ajustado a las necesidades, lo que si nos extraña de este organismo es la absoluta falta de transparencia con la que se gestionan sus fondos. En consulta realizada en la web del Ministerio de Hacienda donde se publican los contratos de las diferentes entidades públicas, observamos que en el año 2022 el importe total de los contratos del IMCE que se pueden consultar asciende a 97.874,68 euros. Es decir, sólo tenemos constancia de cómo se ha invertido el 1% del presupuesto del IMCE. Lo que de inmediato nos lleva a preguntarnos cuestiones como, por qué no se puede conocer el 99% de las inversiones? Con qué criterio se han realizado? La falta de transparencia obedece a una gestión deficiente o tiene otras razones más preocupantes detrás?
A pesar de esta situación, cabe señalar que en el último Pleno, junto con la liquidación de las cuentas de 2022, también se llevó para su aprobación un modificativo de crédito para el IMCE. Dicho modificativo fue criticado por la oposición del PP y del BNG, pero aprobado gracias al voto del grupo de gobierno y del BNG. El argumento habitual es que no se puede paralizar la actividad de los organismos municipales. Pero resulta difícil entender qué criterio de racionalidad política justifica incrementar de manera continuada los fondos de un organismo municipal que no rinde cuentas transparentes del uso que hace del dinero de los coruñeses.
Otro síntoma de la gestión opaca y muy mejorable del IMCE lo tenemos en las obligaciones pendientes de pago. En el informe de liquidación del ejercicio 2022 nos encontramos con 300.000 euros como obligaciones pendientes de pago a 1 de enero y casi 1,2 millones al final del ejercicio. Esta cantidad de más del 10% del presupuesto, puede ser un problema para muchos de los pequeños proveedores y acreedores del IMCE. Si la falta de transparencia se ha convertido en una de las señas de identidad del gobierno de Inés Rey, este oscurantismo se agrava en este tipo de organismos dependientes, que a pesar de recibir sus fondos de los impuestos de todos los vecinos y vecinas, pretenden gestionarlos con una discrecionalidad propia de una empresa privada. Los coruñeses merecemos una gestión de calidad, una gestión de la cultura y de los espectáculos propia de una ciudad del siglo XXI, y una transparencia absoluta que nos permita conocer en tiempo real cómo, por qué y a qué fines se dedica nuestro dinero.