Dudoso futuro para los terrenos que expropia el Ayuntamiento e A Coruña
El proceso de expropiación de 122.591 m² en el entorno de la planta de residuos de Nostián por parte del Ayuntamiento de A Coruña, previsto entre el 12 y el 23 de diciembre, ha generado dudas sobre el futuro de estos terrenos y la planta misma.
Detalles clave del proceso de expropiación:
Los terrenos expropiados abarcan un total de 122.591 m², divididos en 91 parcelas. De estas, 38 parcelas (equivalentes a 66.000,90 m²) son propiedad de Repsol Petróleo, S.A.
Los importes varían significativamente según la superficie y características de las parcelas. Por ejemplo, Repsol recibirá 68.203,59 € por una finca de 2.905 m², mientras el pago más bajo es de 57,89 € por una finca de 108,10 m². Esta disparidad refleja la valoración desigual de los terrenos, aunque es común en procesos de este tipo.
El Ayuntamiento justifica la operación alegando que se destinarán a la ampliación de la planta de reciclaje y al almacenamiento de materiales relacionados con la gestión de residuos sólidos urbanos. Sin embargo, parte de los terrenos se encuentra en una Zona de Mejora Ambiental y Paisajística, lo que podría limitar su uso para actividades industriales.
Un planta con dudoso futuro
La planta de residuos de Nostián enfrenta un futuro incierto, marcado por problemas de gestión, falta de transparencia, y decisiones que ponen en duda la viabilidad del proyecto y el destino de los terrenos expropiados.
Desde enero de 2020, la planta opera sin contrato formal, manejando cerca de 30 millones de euros en condiciones irregulares. Esto refleja una evidente falta de supervisión administrativa y una gestión deficiente de los recursos públicos.
La planta tiene una baja capacidad de reciclaje, con cifras de recuperación muy inferiores a lo esperado para un proyecto de estas características.
Datos publicados por la UTE que la gestiona:
- Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos: 185.000 toneladas al año.
- Fracción Verde: 5.000 toneladas al año.
- Materiales recuperados (pretratamiento): 10.899 toneladas.
- Compostaje: 9.038 toneladas.
El envío de altos volúmenes de rechazos a vertedero incrementa los costos, especialmente con la aplicación de la nueva tasa para rechazos no reciclables.
Futuro incierto
Desde 2019 se han realizado múltiples anuncios de un nuevo contrato para la planta, ninguno de los cuales se ha materializado. Esta dilación genera una percepción de abandono del proyecto por parte del Ayuntamiento.
La divergencia con el Consorcio de As Mariñas, socio clave, que aporta alrededor del 40 % de los residuos gestionados, podría desvincularse de Nostián, lo que afectaría gravemente la sostenibilidad económica y operativa de la planta. Socio que ya está instalando el quinto contenedor.
Pero la planta no está equipada para manejar los residuos que este sistema de recogida selectiva introduce, como los envases ligeros, lo que limita aún más su capacidad para adaptarse a las exigencias normativas actuales, y evidencia la más que probable marcha del Consorcio das Mariñas como cliente de Nostián.
Cambio de uso potencial
Los 122.591 m² adquiridos incluyen áreas en Zona de Mejora Ambiental y Paisajística, lo que dificulta su utilización para actividades industriales. La ubicación y dimensiones de estos terrenos los hacen atractivos para desarrollos urbanísticos o comerciales, lo que ha alimentado las sospechas de que la expropiación podría tener fines distintos a los anunciados, sobretodo una vez que la planta de residuos sufra el probable cierre y deje de actividad. Esto necesitaría una recuperación de terrenos industriales, donde el fondo Ginkgo es un experto en este tipo de servicios.
A todo esto debemos añadir que no se han aclarado los plazos ni los objetivos concretos para la ampliación de la planta, lo que aumenta la incertidumbre sobre el propósito final de estos terrenos.
El proceso de expropiación, oficialmente orientado a la ampliación de una planta cuya viabilidad está en entredicho, carece de garantías de que este objetivo se cumpla. La ausencia de un contrato formal desde hace años, el bajo rendimiento de la planta, la falta de avances en la licitación y las dudas sobre el uso de los terrenos expropiados refuerzan la percepción de una gestión ineficiente y opaca del proyecto.
Es imprescindible que el Ayuntamiento de A Coruña presente un plan claro y concreto que garantice tanto el futuro de la planta como el correcto uso de los terrenos adquiridos. Sin este compromiso, las críticas y sospechas sobre posibles intereses alternativos seguirán creciendo.