La baja o nula valoración que se aplica a la hora de resolver las licitaciones en el Ayuntamiento de A Coruña muestra la incoherencia de la alcaldesa en materia de igualdad.
Inés Rey realizó ayer unas polémicas declaraciones en las que acusaba a la Xunta y al PP de vetar su discurso en un acto conmemorativo en el puerto exterior de A Coruña. Además de anunciar su ausencia a dicho evento, declaró que “no soy la azafata del Telecupón”. También afirmó que «no sé si habrían hecho lo mismo si en vez de Inés Rey fuera Francisco Vázquez o Carlos Negreira. Si también los invitaban a estar sentaditos, levantarse a dar un premio, salir en una foto y volver a sentarse calladitos. Porque suena un poquito misógino»
En la propia frase de la alcaldesa ya se puede apreciar un claro sesgo elitista y machista, degradando la profesión de azafata, pero suponemos que no fue esta su intención y cabe considerar sus desafortunadas declaraciones como fruto del cabreo del momento.
Inés Rey enarbola la bandera de la igualdad en su discurso político, como podemos observar en sus publicaciones en la antigua red social Twitter, hoy X:
“La igualdad empieza por escuchar y visibilizar a las mujeres. No participaré en ningún foro en el que no se tenga en cuenta la visión del 50 % de la población. Sin mujeres no hay futuro.”
En el documento firmado por la alcaldesa para no asistir a la XXVI reunión plenaria de la Fundación Círculo de Montevideo, argumenta:
“El papel de la mujer, su aportación y visión, no puede ni debe quedar relegado a una presencia testimonial en ningún foro o espacio de debate público.”
Este último párrafo aparece en la respuesta a la invitación que le hizo llegar la Xunta de Galicia para asistir al evento celebrado entre el 29 de noviembre y el 1 de diciembre de 2021 en la Cidade da Cultura de Santiago de Compostela.
Pero hete aquí que estos firmes principios en pos de la igualdad no se aplican en los concursos de contratación del ayuntamiento que ella misma encabeza.
Los licitadores deben aportar los datos de la plantilla, para poder calcular el porcentaje de mujeres que tiene la empresa. El Ayuntamiento, en las bases del concurso, debe tener en cuenta esas cifras, lo que Inés Rey llama “visibilizar a las mujeres”.
En este punto es donde salta la sorpresa. Las empresas aportan esta información, pero la baja o nula puntuación que se le da a este apartado da como resultado que una empresa con cero mujeres quede por delante de otras empresas que sí apuestan por la igualdad en su plantilla.
Valga como ejemplo la licitación con expediente CI1/2023/123 que puede consultarse en la web: https://contrataciondelestado.es/
Una vez más, los hechos son tozudos y contradicen las palabras de la alcaldesa.