El problema de los jabalíes en zonas urbanas no es nuevo y no debería de sorprender a ningún alcalde o alcaldesa. Como muestran los siguientes enlaces, la cercana ciudad de Ferrol sufrió a principios del año pasado una invasión de jabalíes en pleno centro de la urbe, lo que podría compararse con la zona limítrofe a la coruñesa plaza de María Pita (donde todavía no tenemos imágenes pero personas afirman que ya los han visto).
¿Qué hizo el entonces alcalde socialista Ángel Mato? Firmó un convenio con la Consellería de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia, la cual tiene las competencias en materia cinegética, y el concello ferrolano puso a disposición la Policía Local, con responsabilidades en seguridad vial y ciudadana dentro de zona urbana. El resultado fue un éxito. Situación controlada, incluso con poco ruido mediático.
¿Qué ha hecho esta semana la también socialista Inés Rey en la misma situación? Lejos de buscar soluciones dialogadas y satisfactorias para los habitantes de A Coruña, ha optado por el enfrentamiento con la administración autonómica, buscando culpables, eludiendo su responsabilidad y lo peor de todo, frivolizando con este tema.
Cabe recordar que estos animales están dotados de importantes colmillos que pueden causar graves heridas, llegando en algunos casos a provocar la muerte.
La experiencia de Ferrol ejemplifica lo que las y los contribuyentes exigen a sus gobernantes: buscar soluciones y no ser utilizados para estériles disputas partidistas. El insensato enfrentamiento de Inés Rey con la Xunta no se sabe si obedece a un momento preelectoral un tanto distante o simplemente que su perfil político se caracteriza por la confrontación y su escasa capacidad de diálogo.
“es una muestra de incapacidad para resolver el problema”
La alcaldesa ha utilizado estos días como bandera una frase llena de frivolidad refiriéndose a los jabalíes: “no están empadronados”. Esta incontinencia verbal más propia de otros ambientes irrita a muchos vecinos que declaran “es una muestra de incapacidad para resolver el problema”, lo que habitualmente se llama echar balones fuera”.
El convenio es necesario y tiene que firmarse lo antes posible, teniendo en cuenta que no es un problema menor. Aprovechemos la experiencia de otras ciudades como espejo.
Un padre de familia que volvía hacia casa con su hijo por el parque de Oza en el momento de la presencia de los cerdos salvajes en ese lugar resumía muy bien la situación: “escapar a la responsabilidad nos convierte en irresponsables”.