En 1979, Dustin Hoffman y Meryl Streep protagonizaron Kramer contra Kramer, una película ganadora de cinco premios Oscar que narra la historia de un joven matrimonio que, con el tiempo, se ve envuelto en un serio conflicto familiar.
Una nueva adaptación de este film se ha producido dentro del gobierno de nuestra querida ciudad.
El 27 de abril de 2023 publicamos en este medio un artículo que hacía referencia a la demanda de una persona que, formando parte del gobierno municipal, denunciaba una decisión del gobierno municipal. El resultado de la demanda iba a ser “el Gobierno Municipal gana al Gobierno Municipal” o viceversa.
La sentencia dio como vencedor a uno de los Kramer y perdedor al otro Kramer, que tendrá que hacerse cargo de las costas; a este último también le queda la opción de recurrir, algo que no creemos que vaya a suceder, ya que ese departamento actualmente depende de la persona demandante. Para que se entienda: la persona demandante perdió la demanda pero podría recurrirla, aunque la demandante dirige ahora el área demandada. Con este planteamiento, la versión actualizada del conflicto de los Kramer, más que como un drama, habría que clasificarla como comedia grotesca.
Pero imaginemos por un instante un giro dramático de guion propio de los mejores libretistas de Hollywood: la demandante que pierde la demanda presenta un recurso y lo gana. El área demandada, dirigida actualmente por la persona demandante, debería compensar a quien presentó la demanda, en este caso, la misma persona. Para que quede claro: la parte demandante de la primera parte, es la parte demandada de la segunda parte. Y a su vez, la parte demandada de la segunda parte (del recurso), compensará a la parte demandante de la primera parte.
Sobre las consecuencias de esta sentencia se rumorea que el funcionario o funcionaria que elaboró los informes presentados ante la justicia puede sufrir represalias, lo que ya nos llevaría al género del cine negro. Compremos palomitas y sigamos con atención la generosa contribución cinematográfica de nuestro gobierno local, porque la realidad, a menudo, supera a la ficción.
