La relación entre el PSOE y el BNG en el Ayuntamiento de A Coruña tiene una gran trascendencia en el debate político local. Aunque durante el último pleno el BNG ha sido crítico con el gobierno de Inés Rey, especialmente en temas de gestión económica y transparencia, su apoyo en la gran mayoría de los asuntos plenarios ha sido fundamental para que el PSOE mantenga el control y la estabilidad en el consistorio.
Esta dualidad ha generado tensiones especialmente con el Partido Popular, que ha señalado la incoherencia del BNG al criticar al gobierno mientras continúa votando a su favor, añadiendo la coletilla “esperando que se cumplan los acuerdos del bipartito”.
El portavoz del gobierno local, José Manuel Lage Tuñas, ha reforzado esta relación llamando al BNG socio preferente, subrayando así la importancia del apoyo nacionalista en la toma de decisiones clave para la administración municipal. Este respaldo ha permitido al PSOE aprobar medidas importantes como las modificaciones presupuestarias y la polémica adenda para el convenio de Pocomaco, pese a las críticas por falta de transparencia.
El Partido Popular, a través de su concejal Roberto Rodríguez, ha sido especialmente mordaz en su crítica a esta relación, señalando que el coste político de esta alianza es alto para A Coruña. Su frase “qué cara le sale a A Coruña la alcaldía de Santiago y qué barata le sale a Inés Rey la alcaldía de A Coruña” refleja la percepción de que el apoyo del BNG responde más a intereses políticos a nivel autonómico, favoreciendo al BNG en Santiago, que a un beneficio directo para los coruñeses y coruñesas. En este contexto, la relación PSOE-BNG sigue siendo clave para el equilibrio político en el Ayuntamiento, pero también un punto de debate y crítica por parte de la oposición y de sectores que cuestionan la coherencia de la estrategia del BNG, el uso de su influencia en los plenos y la hoja de servicios que presentará en las próximas elecciones municipales de 2027