La corporaciónn de la nueva legislatura, con solo tres fuerzas políticas y sin el voto de calidad de Inés Rey.
En este inicio de septiembre comienza el curso político y tendremos la oportunidad de visualizar la nueva situación durante la celebración del primer pleno ordinario. Ese será el escenario donde ver cómo despliegan sus estrategias, con sus puntos fuertes y débiles, cada una de las fuerzas políticas. Mucho más lejos quedan, todavía, los grados de cumplimiento de las promesas electorales.
El PSOE, con Inés Rey al frente, inicia esta etapa con el apoyo de un grupo municipal que creció en concejales, pero contó con menos votos de los ciudadanos de A Coruña, un asunto como mínimo a tener en cuenta. Esta situación conllevó que el PP volviera a ser la primera fuerza en votos y concejales, una situación que elimina la posibilidad de voto de calidad de la alcaldesa en el pleno.
La estrategia del actual grupo socialista se basa en mantener alejada a la alcaldesa de las responsabilidades en la parte de gestión y delegar ésta en el todopoderoso José Manuel Lage Tuñas, como ocurrió en el anterior mandato, pero en aquel con menor volumen. Lage Tuñas, concejal con experiencia anterior en el ayuntamiento de Noia, parece destinado a ocupar puestos de mayor responsabilidad. Ya en los momentos de confeccionar las listas al Congreso de los Diputados del PSOE, llegó a sonar como cabeza de lista por la provincia de A Coruña, puesto que al final ocupó el ministro de Sanidad en funciones José Miñones. La apuesta por concentrar el poder en una persona, que aparentemente ascenderá a algún puesto de mayor responsabilidad, puede ser un problema a medio plazo para la alcaldesa, porque tener que afrontar una crisis de gobierno desde un ejecutivo en minoría no resulta tarea fácil.
Gonzalo Henrique Castro, el otro hombre de confianza de la alcaldesa, cuenta con una larga trayectoria en el BNG. Es una incógnita si esto se puede convertir en un valor añadido o en un problema a la hora de negociar con su anterior partido político, fuerza que se ha convertido en imprescindible ya que su voto en contra o, simplemente, su abstención, darían la victoria en los plenos al PP. Sus responsabilidades a nivel presupuestario y de gestión municipal son inferiores a las que disfruta la apuesta de futuro del PSdeG-PSOE a nivel nacional Lage Tuñas, pero sí dispone del control de órganos con mayor libertad a la hora de gestionar recursos como son el IMCE, Consorcio de Turismo, etc.
Eudoxia Neira, la otra parte del triunvirato socialista, sin lugar a dudas es la peor parada en el reparto de poder municipal, aunque orgánicamente siempre se visualizó como un pilar imprescindible. Esta maniobra despierta suspicacias entre la militancia de la Agrupación Socialista Coruñesa.
Los otros concejales, así como la propia Inés Rey, desempeñan un papel simplemente testimonial de cara a la gestión del día a día. Debemos destacar la degradación sufrida por uno de los súper concejales del anterior mandato, Francisco Dinís, que ha pasado de controlar Urbanismo y Movilidad, a quedar relegado a gestionar obras menores.
El PP afronta este mandato siendo la fuerza más votada
como ya lo había sido en el mandato anterior, pero esta vez con mayor número de concejales en el pleno, circunstancia que le permite obligar al BNG a posicionarse a favor o en contra en todas las decisiones plenarias, teniendo en cuenta que no existe empate con el PSOE e Inés Rey no puede ejercer su voto de calidad. Miguel Lorenzo, candidato a la alcaldía por el PP, es una persona que se desenvuelve mucho mejor en la victoria, fue concejal de gobierno y hasta hace poco senador, pero habrá que analizar su papel como líder de la oposición.
En el equipo del PP destacan dos ediles: Roberto Rodríguez, persona con una amplia experiencia en tareas de gestión y que compartió liderazgo de oposición en el anterior mandato conjuntamente con Rosa Gallego. Otra figura menos conocida pero que se debe tener en cuenta es José Ramón Amado, un concejal con larga trayectoria y conocimiento de la administración que puede convertirse en un referente para la oposición.
El BNG duplicó su número de concejales sobre el anterior mandato
Este éxito resultó insuficiente para lograr los objetivos marcados por algunos miembros de su dirección. El papel de su líder Paco Jorquera llegó a ser muy cuestionado, pero después de las elecciones generales, dirigidas desde Santiago, con un resultado más que cuestionable, puede conseguir cierta tranquilidad para gestionar este mandato con un equipo formado por distintas tendencias dentro de casa.
El gran dilema del grupo municipal del BNG es qué posición adoptará en los duelos PP-PSOE en los plenos. La abstención del BNG ya no le sirve a Inés Rey, pero un apoyo al gobierno al mismo tiempo que hace bandera de su papel de oposición puede llevar al BNG a ocupar el mismo papel que con anterioridad protagonizó Marea Atlántica, la irrelevancia política.
Un inicio de curso político sin duda apasionante, en el que todos los actores que ocupan el salón de plenos de María Pita parecen compartir un rasgo común por encima de sus diferencias políticas: la debilidad para poder desarrollar en solitario sus objetivos.