Para que un proyecto futbolístico sea eficaz, son necesarias varias cosas que, a día de hoy, parecen imposibles de obtener en el R. C. Deportivo de la Coruña: paciencia, constancia y confianza.
Salvo contadas excepciones, los procesos que transcurren en el fútbol son lentos, muy laboriosos y difíciles de conseguir, pero todo ello parte de una premisa básica: que trabajen de la mano cuerpo técnico y directiva. Desde el momento que tomas contacto con un entrenador para que dirija a un club, tienes que proporcionarle una serie de herramientas y libertades a la hora de trabajar, así como establecer unos objetivos a medio y largo plazo. Del mismo modo, el entrenador tiene que dejar claras sus intenciones en cuanto al cómo conseguir esos objetivos y a si realmente cree que puede conseguirlos. Una vez acordados todos estos puntos, hay que dejar trabajar a los profesionales y darles, en la medida de lo posible, a los jugadores que consideren “ideales” para su forma de ver y entender el fútbol y un apoyo constante en sus decisiones.
Desde fuera, la sensación que se percibe es que Rubén de la Barrera tiene muy claro cómo conseguir los objetivos del Dépor y qué cosas necesita para ello. Es el momento de poner punto final a otra decepcionante temporada tanto a nivel deportivo como directivo, quedarse con todo lo positivo de los últimos partidos y empezar a trabajar desde ya en la temporada 21/22.
Son bastantes las piezas que se van a cambiar por tema económico, pero tal y cómo se ha demostrado esta temporada en 2ºB, no importan los nombres, sino la forma de transmitir a los jugadores una serie de ideas, conceptos, con los que les demuestres que entre todos se van a hacer mejores futbolistas y el equipo destacará sobre los demás, obteniendo una identidad y, en consecuencia, resultados deportivos y personales acorde al club.
Es necesaria una estabilidad deportiva, social y directiva, que permita a los jugadores y al cuerpo técnico continuar con las buenas sensaciones dejadas en este final de temporada dentro del rectángulo de juego; como bien mencioné al principio del artículo, todo proceso lleva su tiempo y la mejora a nivel de FÚTBOL es evidente tanto con balón como sin balón: algo que parece obvio pero que llevamos varias temporadas sin ver en Riazor.
Hoy en día el Dépor es reconocible por un estilo de juego, tanto en fase ofensiva como en fase defensiva: los jugadores saben qué hacer con la pelota y cuando no la tienen, saben cómo llevar a cabo la idea de Rubén y son conocedores de su potencial real como futbolistas. Los cambios llegarán; la aparición de nuevos jugadores (ya sean del Fabril o de otros equipos gallegos) será evidente y plausible, pero la base del equipo ya es conocedora de cómo hay que hacer las cosas y, esta vez, habrá un período de preparación en el que esa nueva camada de futbolistas se empape de los conocimientos del cuerpo técnico y de los compañeros que continúen.
El fútbol es un deporte muy complejo en el que lo más difícil es hacer las cosas fáciles. Los aficionados y la gente debemos de dejar atrás el pasado reciente y pensar en el presente y en el futuro a medio plazo. Yendo todos de la mano, conseguiremos que aquellas personas que se enfunden la camiseta del Dépor la próxima temporada se sientan arropados y con la confianza suficiente para seguir apostando por una idea, un modelo de juego, que nos identifique como club y nos permita conseguir los objetivos a largo plazo que son “obligatorios” por la presión que ya se encarga (y encargará) de hacer el propietario del club.
Se avecinan tiempos difíciles pero ilusionantes en cuánto a fútbol se refiere. Olvidémonos de tópicos, de “forofismos” y de transmitir energía negativa criticando todo independientemente de la situación y de la forma. El deportivismo debe unirse y conseguir que la paciencia, constancia y confianza se palpen desde hoy y hasta final de la temporada venidera. Habrá momentos en los que no lleguen los resultados, pero en una temporada de 38 jornadas, se acabará demostrando que todo lo citado en este artículo, provocará que el Dépor vuelva al fútbol profesional. Y si se diera el caso de no conseguirse, se haría en la siguiente.
Yo como deportivista y amante del fútbol no tengo dudas de este Dépor ni del que se viene, y estoy convencido de que estamos ante la posibilidad real de crear un proyecto de club, una forma de entender este deporte y de llevar a cabo una metodología en la base que concuerde con la del primer equipo. Los actores principales son los adecuados, así que como todo proyecto… paciencia y confianza. Lleve el tiempo que lleve, con el mayor número de gente de la casa posible y hasta las últimas consecuencias.
¡Forza Dépor!